La sequía mata a cientos de miles de peces en el norte de México

La sequía que azota a tres cuartas partes de México mató a cientos de miles de peces en Chihuahua, estado fronterizo con Estados Unidos, donde campesinos describen una escena “apocalíptica” en lo que alguna vez fue una de las mayores lagunas del país en el municipio de Cuauhtémoc.

La mayor preocupación de pobladores y autoridades en el ejido (comunidad agraria) Anáhuac, donde quedó el hueco de la laguna de Bustillos, es que las toneladas de peces putrefactos que han quedado a la orilla provoquen enfermedades de los poblados a su alrededor.

También persiste la menguante capacidad de siembra, que es la principal actividad económica de la región, y sobre todo, el miedo a quedarse sin agua para beber.

Saúl Sauzameda Montes, presidente seccional de Anáhuac, explicó que a raíz del problema intervendrán el Ejército, autoridades federales y estatales para ayudar a los pobladores a enterrar las toneladas de pescado podrido.

“Lo prioritario y lo urgente es la descomposición de cientos de miles de peces que hay muertos, la contingencia radica en cómo evitar una contingencia sanitaria, que en el momento en que se empiezan a descomponer los peces producen ciertos organismos que pueden ser muy dañinos para la salud”, dijo el líder.

El agua en la laguna de Bustillos llegó a abarcar unos 14 kilómetros de largo por 8 de ancho con una profundidad de hasta 5 metros, pero el espejo de agua se ha reducido a la mitad, según explican los pobladores.

Una sequía hasta el límite

El hecho refleja la crisis hídrica de México, donde casi el 76 % del territorio afronta un grado de sequía que va de ‘moderada’ a ‘excepcional’, según el monitor de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

En Chihuahua, solo el 0.9 % del estado no presenta algún grado de sequía.

Alberto Lafón Terrazas, representante de Profauna, asociación civil comprometida con la conservación del patrimonio natural, dijo que el mayor problema en la laguna de Bustillos son los daños a los pueblos de alrededor.

“Es un nivel del agua muy pobre y, con ello, obviamente al secarse la laguna se incrementa la temperatura del agua y disminuye el oxígeno para los peces. Viene la muerte y el viento los acarrea hacia la orilla, es lo que estamos viendo”, describió el especialista a EFE.

La laguna milenaria está a 30 kilómetros de la cabecera municipal de Cuauhtémoc y a poco más de 100 de Chihuahua capital.

Texto y foto: EFE