Salvador Castell-González
Recientemente, escuchamos nuevamente de la totoaba y de la vaquita marina por el veto que le puso el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) a México, por la falta de acciones de conservación de la vaquita marina, y aunque las dos habitan en el Golfo de California no son la misma especie.
La Totoaba maldonaldi es un pez conocido como corvina blanca y es el pez más grande de las corvinas, alcanzando hasta los 140 kilogramos de peso y cerca de los dos metros de longitud. Es un pez que se busca mucho porque es el pez mas caro del mundo, el buche de la totoaba llega a costar hasta 60,000 dólares en el mercado asiático porque se le asocia con propiedades medicinales y afrodisiacas.
Por otro lado, la Phocoena sinuses, mejor conocida como la vaquita marina, es una especie endémica del golfo de California y se encuentra catalogada como en peligro de extinción, calculándose en los reportes más pesimistas en menos de 10 ejemplares, una población muy pequeña que pone dramáticamente en riesgo la conservación y restauración de la especie.
La vaquita marina es uno de los cetáceos mas pequeños en el mundo, y es considerada como una “marsopa”. La vaquita marina no tiene gran valor comercial, pero tiene un grave problema: habita en la misma zona que la totoaba.
La principal causa de la muerte de la vaquita marina es la captura accidental, con redes de arrastre, que se utilizan para la pesca del camarón y la totoaba, y aunque este tipo de redes están prohibidas, las pesquería con este arte sigue siendo normal principalmente en los meses de febrero a mayo que es la época de captura de la totoaba.
Desde 1993 se creó la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California, con el fin de proteger este particular ecosistema que ha tenido un proceso muy interesante de especiación, es decir, hay varias especies que solo aquí habitan.
Pero ¿qué significa el veto del Cites? Es un acuerdo internacional de comercio para poder comercializar especies de flora y fauna con algún grado de protección, ya se por estar bajo algún nivel de amenaza o por la importancia local para el mantenimiento de los ecosistemas. Este convenio fue impulsado por la Iucn (Unión Mundial para la Naturaleza) desde 1963, aunque aprobado en 1973. México forma parte del convenio desde el año 1991.
Para poder comercializar plantas y animales con algún grado de protección es necesario formar parte de Cites, o al menos para el comercio formal, siendo México uno de los principales exportadores del mundo de especies exóticas y productos y subproductos de plantas.
Solo por poner un ejemplo, México es el tercer exportador mundial de orquídeas, al vender al exterior más de un millón de ejemplares al año. Con esta sanción México no podría comercializar ninguna especie que se encuentre en el listado de especies de Cites que incluye especies de plantas importantes como cactus, bromelias, cícadas, cactus y vainilla.