Las altas temperaturas, sumadas a las vacaciones de verano, pueden propiciar un incremento en el consumo de bebidas embriagantes, principalmente entre jóvenes, advierte especialista
Las altas temperaturas que se han registrado en las últimas semanas en Yucatán no sólo preocupan por los golpes de calor y otras afectaciones, sino por el posible aumento de casos de alcoholismo, por lo que es importante no bajar la guardia con los programas preventivos, aseguró el director del Centro de Integración Juvenil (CIJ), Víctor Roa Muñoz.
Dijo que existen períodos o temporadas en los que se incrementa el consumo de bebidas etílicas, como los vacacionales, especialmente los de verano, que representan el asueto más prolongado. Por lo general, la gente se va a la playa y ahora con el calor cualquier pretexto es bueno para consumir más alcohol, comentó.
De acuerdo a la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), en el país, por las altas temperaturas que se han dado como consecuencia de las olas de calor, el consumo de alcohol aumentará en un 80%.
Al respecto, Roa Muñoz manifestó que no maneja estas cifras, pero que ha observado en las calles escasez en ciertos refrescos embotellados y hielo, y que no sería extraño que también ocurra algo similar con las bebidas embriagantes.
-Beber cerveza para calmar la sed no es lo adecuado, ya que las personas se deshidratan y el organismo tiene un límite y una capacidad para metabolizar el alcohol, el principal responsable para metabolizarlo es el hígado; si una persona le mete grandes cantidades de alcohol, el hígado no tiene la capacidad para metabolizarlo, y por eso se va a enfermar de cirrosis y cáncer; ha aumentado tanto la cantidad como la frecuencia -mencionó.
“Hay mitos tales como que para la resaca debe tomarse un suero, para bajarte la borrachera se debe tomar café bien cargado o un mondongo bien caliente o picoso, o un baño de agua fría, y los que consumen otra sustancia se meten cocaína, pero son borrachos despiertos, eufóricos. Por eso la Organización Mundial de la Salud hace recomendaciones para que la gente beba de manera responsable, son indicaciones sencillas, pero difíciles para los bebedores. Por ejemplo, para las mujeres, beber más de tres medidas estándar por ocasión, un caballito de tequila, una copa de vino y, en el caso de los hombres, no más de cuatro. La razón: el hígado. Le lleva una hora para metabolizar, si en la segunda hora se vuelve a tomar, el hígado tiene menos tiempo para hacerlo”, explicó.
Igualmente se recomienda alternar una bebida con alcohol y otra sin alcohol, “tomas una cerveza y luego un refresco”; otra recomendación es que no tengan todo el tiempo en la mano el vaso de cerveza, pues por inercia haces sorbos y hay quienes bailan con su vaso en la mano; también que no se beba cuando estés enojado y triste, porque el alcohol es un anestésico emocional, si alguien tuvo un problema laboral o con su pareja, “se toma unos tragos, se olvida, se le quita el enojo, para no sentir el malestar emocional recurre al alcohol”.
Recordó el caso de una abogada de más de 50 años que decía que era alcohólica, porque diario bebía dos o tres cervezas y luego de una investigación resultó que lo hacía por depresión debido a infidelidades de su esposo. “Ella no ejerció por cuidar a sus hijas y se refugiaba en el alcohol, pero su problema no era el alcohol y estaba enojada con el marido, ya que luego de 30 años de casada se dio cuenta. Ella requería más un psicólogo, necesitaba una terapia de autoestima”, dijo.
Sobre si en algunos oficios o empleos sería más propenso consumir el alcohol por el calor, comentó que, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), serían el ramo de la construcción, donde los trabajadores tienen jornadas laborales largas; los empleados bancarios, por estar sometidos a mucho estrés, y los agentes de ventas, quienes cierran sus negocios en alguna cantina o restaurante, entre otros.
Dijo que, desafortunadamente, en el estado hay una cultura fuerte de consumo de alcohol. En eventos como fiestas familiares, bautizos, confirmaciones, primeras comuniones, cumpleaños, el invitado de honor por excelencia es el alcohol. “Dentro de esta cultura de abuso están las fiestas patronales en las que se abusa del alcohol, y las fiestas del pueblo”, mencionó.
Recordó que hace unos años fue a Motul a dar unas pláticas en la secundaria, y una maestra le comentó que “el boleto de entrada para la feria era un six. ¡Es increíble que para entrar a un baile tu boleto de entrada sea una canastilla!”, expresó.
Según los últimos datos del Centro Estatal de Prevención del Delito y Participación, a través de la encuesta Juventudes Yucatán, el 71% de los estudiantes de tercero de secundaria comenzó a beber a los 13 años o antes y el 55% tuvo su primera borrachera a esa edad. El consumo se da en edades tempranas, pero lo más alarmante es que el 52% de los adolescentes refirió que la bebida se la facilitó un familiar adulto, y que el 47% bebió en el hogar o en casa de un amigo.
Roa Muñoz informó que la evidencia científica apunta a que una persona que inicia el consumo en edades tempranas, tiene altas probabilidades de desarrollar una adicción y que también se habla de que el alcohol puede ser un factor de riesgo que pueda inducir a ingerir otro tipo de sustancias.
“En la gran mayoría de los casos no beben todos los días, por lo regular, los fines de semana, lo que se conoce como consumo explosivo y todo lo que representa daño a su salud física, a su estómago, riñones, hígado, daño a su salud mental. Las grandes cantidades de alcohol afectan el pensamiento, el control de las emociones, el daño a su salud social. El abuso de alcohol es un factor detonante para otro tipo de problemas como el abuso sexual, los suicidios, en algunos casos, además de accidentes automovilísticos, violencia social”, anotó.
Texto y fotos: Darwin Ail