Lento inicio del 2025 en Mérida

Contrario a los mares de gente y vehículos en las calles del Centro Histórico y zonas cercanas a las plazas comerciales registrados en los últimos 15 días, Mérida comienza el Año Nuevo de manera muy diferente

Mérida, la “Ciudad Blanca”, que en horas pico registra considerable movimiento ciudadano y de vehículos, ayer amaneció totalmente diferente: las calles lucían prácticamente desiertas en las primeras horas de la mañana.

Contrario al tráfico intenso registrado en las últimas dos semanas por los festejos decembrinos, la capital yucateca parecía cual Comala, de la célebre novela del escritor mexicano Juan Rulfo, “Pedro Páramo”.

La calma apenas era rota por alguno que otro automotor y solitarias personas que caminaban hacia sus centros laborales o alguna otra diligencia.

De acuerdo a especialistas en los últimos años han venido a vivir más de 30 mil personas de otras partes del país, principalmente huyendo de la inseguridad de sus estados y atraídos por las bondades ofrecidas por estos lares.

En tanto, en las unidades de transporte público apenas viajaban dos o tres personas y algunas estaban vacías.

En ese peregrinar de cada celebración de año nuevo, un buen número de personas pernoctó en casas de sus familiares y hasta ayer u hoy se fueron a sus casas.

En la zona peatonal ubicada entre el parque Eulogio Rosado y una conocida tienda de telas, apenas el día anterior era un hormiguero de compradores, pero ayer la estampa fue diferente. Únicamente dos farmacias ubicadas en ese sitio abrieron, en donde los boticarios aprovecharon para acomodar mercancía, ya que casi no había clientes.

Quienes no guardaron el overol y tuvieron trabajo fueron las cuadrillas de barrenderos del Ayuntamiento de Mérida, ya que en estas fechas se genera más basura.

Igual se observó a dos chatarreros que recogían plástico y aluminio. Uno de ellos comentó a este reportero que estaba baja la recolección, ya que apenas tenía como 3 kilogramos.

“¿Sabe dónde queda el paradero de Lindavista?”, le preguntó una persona, mientras el recolector de botellas le indicó que no, pero que en la otra esquina había personal del transporte urbano que lo podría orientar al respecto.

Muchas personas optaron por moverse en autobuses, ya que el precio de los taxis estuvo algo elevado, de acuerdo con comentarios de la gente.

“Unas personas que estaban hospedadas en un hotel por el Tecnológico de Mérida anoche les querían cobrar 470 pesos y era de la Plaza Grande a su hotel y en mi caso de este lugar a un hostal ubicado por la terminal de ADO me querían cobrar 250 pesos cuando normalmente me cobran 70 pesos”, relató al reportero Noemí Castillo, una vendedora de cuarzos.

Explicó que ella elabora pulseras y vende cuarzo natural. Debido a que tiene muchos años vendiendo, tiene muchos cliente, aseguró.

“Realizo pulseras del material ‘Ojo de tigre’, piedras naturales, que tiene propiedades curativas. El secreto de esto hay que escoger bien el cuarzo porque para moldearlo se utiliza la técnica del tamborileado y en ocasiones se daña y esto ya no le gusta la gente”, detalló.

Aprovechó para desmarcarse de presuntos secretos que un buen cuarzo tiene que debe exponerse a la luna, “en esto también hay corrientes, prefiero sólo pensar en la buena vibra y ofrecer a la gente buenos productos”.

En muchos hogares, la fiesta se prolongó hasta el amanecer. Desde la medianoche inició la tradicional tronadera de los “viejos”, algunos con las “mega bombas” y “mega petardos” y no faltaron los “pirómanos” que hasta le colocaron cubetas para que resonaran más.

Por diversos rumbos de la capital yucateca desde la medianoche y por espacio de hasta casi media hora se escuchaban las bombitas, tronadores, petardos, chifladores y demás arsenal que tenían los “viejos” del 2024. Aunque después de este ruidoso espectáculo, muchos brindaban y comían sus uvas por los buenos deseos del nuevo año, había quienes sacaban su bolsa de “bombitas” para continuar el estallido.

Luego del brindis, las felicitaciones y los buenos deseos comenzaron las charlas y, por supuesto, hay quienes su fuerte es el baile, por lo que lucieron sus pasos. No había alguna calle donde no se escuchara la música con volumen alto. En algunos lugares la fiesta se prolongó hasta después de las ocho de la mañana de ayer.

En sentido contrario, hay quienes trabajaron, como fue el caso del vendedor de calcetines y boxers, José Ricardo Medina, quien contó que un día antes vendió bombitas hasta la medianoche y hoy en la mañana continuó su venta de calcetines.

“Está baja la venta, la gente ya gastó su dinero, pero no queda de otra. Tengo 50 años vendiendo. Además, llevo varios años de abstinencia alcohólica, así que el trabajo es mi terapia”, mencionó.

El oriundo de Kanasín señaló que al dejar de ingerir bebidas embriagantes cambian las amistades y ahora las fiestas son diferentes, pero que hay que ser agradecido, pues si no hubiera dejado la bebida, seguramente estaría enfermo.

Reveló que sale de vacaciones tres veces al año para asistir a eventos nacionales y regionales de su grupo de Alcohólicos Anónimos. “Cuando uno endereza el camino quiere mostrarles la luz a otras personas”, señaló.

“A veces uno escucha accidentes, asesinatos donde tuvo que ver el alcohol, la droga, el cristal está quitando vidas, muchos terminan suicidándose, es una bendición vivir en sobriedad”, aseveró.

En su puesto, ubicado en la entrada de conocida zapatería, en el área conocida como de las piñatas, el oferente vende tres pares calcetines a 30 pesos, cuatro boxers por 50 pesos y tres rasuradoras por 10 pesos.