“Sean sencillos como palomas: no tengan malas intenciones, no tengan doble intención, no tengan hipocresía, no busquen el primer lugar; pero, por otra parte, sean prudentes como serpientes, dense cuenta que hay gente con malas intenciones y estén muy atentos”, expresó el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, ante decenas de feligreses que se dieron cita a la Santa Iglesia Catedral.
Durante la homilía, monseñor Rodríguez Vega dedicó su mensaje a la humildad, palabra que muchas ocasiones se usa de manera equívoca, a veces se utiliza como sinónimo de pobre, pero no necesariamente es así.
“Hay pobres que son bien orgullosos, hay pobres que se creen más que los demás y son vanidosos. La vanidad y el orgullo se da en todos los niveles sociales, hombres y mujeres, en cualquier persona se da el defecto del orgullo o la virtud de la humildad”, expuso.
También indicó que humildad tampoco es sinónimo de debilidad, ni ser acomplejado; si es virtud, si es fuerza, tiene que ser una decisión que toma al decir sí al espíritu santo y que mueve a darle su lugar a otros, a no luchar y pelear para sobresalir por encima de los demás.
“Como hacían aquellos fariseos en la comida a la que fue Jesús, todos querían ocupar los primeros lugares. Y aún hay gente que busca esa manera de hacerse notar y quiénes hacen eso, realmente nos caen mal, son gente incómoda”, compartió.
El jerarca de la iglesia recordó que el asunto de la humildad no es exclusivo del templo ni para los grupos de la iglesia, la humildad es para todos los espacios de la vida, en todos los quehaceres, “hasta nuestros hermanos dedicados a la política y a la economía puede ser humildes, y hay gente humilde”.
“Pensamos en automático que cualquier persona que ande en esos ambientes se aparta de la humildad, pero no es así, no tiene que ser así, el humilde sabe escuchar. Qué importante es para el que gobierna saber escuchar; los mejores gobernantes, los mejores jefes de un grupo, los mejores párrocos, el mejor obispo, son los que saben escuchar a la gente”, añadió.
Por lo anterior, convocó a los fieles católicos a pedirle a Jesús dé la virtud de la humildad.
“Los Humildes ganan amigos, ganan respeto; los humildes agradan a Dios en todo cuanto hacen”, concluyó el arzobispo.
Texto y fotos: Jesús Gómez