El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, visitó el miércoles Acapulco, la zona más afectada por el huracán Otis, al cumplirse tres semanas de su impacto, en medio de cuestionamientos a su Gobierno por la cifra oficial de muertos y la atención tardía los damnificados.
El mandatario acusó a sus “adversarios” de difundir que el ciclón dejó más de 300 muertos en el puerto de Acapulco, en Guerrero, aunque su Gobierno contabiliza de forma oficial 48 fallecidos y 26 desaparecidos.
“Hace como dos días empezaron a difundir de que había más de 300 muertos en Acapulco, y se extendió. ¿Y ustedes creen que es por falta de información, porque fueron sorprendidos, es un asunto espontáneo? No, es para socavar al Gobierno”, aseveró en su rueda de prensa matutina.
El gobernante mexicano no ofreció una agenda pública sobre su visita en Acapulco, donde el huracán Otis rompió el récord de intensificación de un ciclón en México el 25 de octubre pasado, cuando impactó como categoría 5 y dejó a unos 250,000 personas sin vivienda, según el mandatario.
Medios locales y habitantes han afirmado de manera reiterada que la cifra de víctimas es mayor que la dada por las autoridades hasta el momento.
Durante la jornada, los pobladores realizaron una misa y colocaron una ofrenda por las personas fallecidas y desaparecidas en el mar durante el impacto del huracán.
López Obrador, quien insiste en que va a “poner de pie” a Acapulco para Navidad, ha recibido también críticas de la oposición por acudir pocas veces a la zona y no recorrer los barrios devastados, algo que él ha rechazado. “Estamos ayudando a Acapulco como nunca, y lo vamos a seguir haciendo”, aseguró ayer.
El Gobierno mexicano estimó el 1 de noviembre en 61,313 millones de pesos el costo para las reparaciones y apoyos sociales en el sureño estado de Guerrero tras el impacto del huracán Otis. Sin embargo, la agencia calificadora Fitch calculó en 16,000 mdd las pérdidas catastróficas.
Texto y foto: Agencias