Un video creado en San Francisco, Estados Unidos, muestra cómo los ácaros llevan una vida tranquila entre los poros faciales de la mayoría de los adultos. Incluso, estos pueden dejar sus huevos en el rostro en las personas miestras estas duermen.
Los ácaros son unos pequeños arácnidos que no sólo pueden vivir en diferentes áreas de la casa, sino también en el vello que se aloja en el rostro.
Estos insectos, que son demasiado pequeños para ver a simple vista, viven cerca de las raíces de los folículos del vello facial, donde se alimentan del sebo producido para mantener la piel hidratada.
Para verlos, científicos de la Academia de Ciencias de California recolectaron muestras del rostro de más de 2 mil personas a través de un pegamento, en las que encontraron pruebas de ADN de ácaros en cada uno de ellos.
“Usamos una pequeña cuchara y la raspamos en el tipo de partes más grasosas de la cara de una persona, que no es tan mala como parece”, dijo la entomóloga Michelle Trautwein.
Los hallazgos también mostraron que las partes más grasosas del cuerpo, como alrededor de los ojos, nariz y boca, probablemente alberguen una mayor concentración de ácaros.
Durante el día estos ácaros viven metidos en los poros de la piel y se alimentan de los aceites naturales que de la cara emanan. Mientras que por la noche se arrastran sobre la superficie para aparearse y luego regresar a poner sus huevos.
Estos insectos no representan ninguna amenaza para los humanos, aunque pueden conducir a demodicosis o sarna demodéctica cuando se acumulan en grandes cantidades.
Este padecimiento aparece principalmente en personas con un sistema inmunológico debilitado y genera un brillo rojo o blanco en la piel.
Finalmente, los diminutos insectos sólo viven dos semanas y es imposible deshacerse de ellos aunque se limpie el rostro durante todo el día.
“Los ácaros de la cara son definitivamente la especie de animal con la que tenemos una conexión más cercana como seres humanos, a pesar de que la mayoría de nosotros no sabemos acerca de ellos o nunca vemos uno en nuestra vida”.
Texto y foto: El Universal