Salvador Castell-González
En este momento de la vida donde le hemos comenzado a dar valor a nuestros ecosistemas, quizá como mecanismo de supervivencia al ver de que nivel es el problema que se nos viene encima han surgido varias corrientes de protección a la biodiversidad.
Para continuar con el debate quiero aclarar que, aunque a un nivel muy burdo mi explicación, en el derecho existen bienes y existen entes. Un bien es toda posesión tangible o intangible que tiene la característica de pertenencia, es decir, alguien es su dueño. En cambio, un ente es toda manifestación que es digna de tener derechos por la simple razón de existir.
Un ejemplo malo y que no queremos recordar es que los mismos humanos tuvimos esa ambigüedad en el derecho, donde hace algunos años había personas que eran dignas de tener derechos y otras eran considerados bienes, se podían vender y comerciar como se comercia cualquier artículo de comercio. Esta oscura época de la esclavitud la hemos dejado atrás y hoy todas las personas tenemos los mismos derechos.
Hoy en día se están realizando distintos movimientos justamente para otorgar el reconocimiento de un ente de derecho a diferentes componentes de los ecosistemas, uno de los movimientos más importante son los movimientos animalistas que promueven la Sintiencia, es decir, la protección de los animales que tiene la capacidad de sentir emociones, dolor, bienestar etc., y de percibir de manera subjetiva su entorno y sus experiencias vitales.
Estos movimientos buscan otorgar derechos a algunos de los animales con los que en el mismo proceso de evolución simpátrica hemos logrado empatizar entre especies, pero, aunque es un cambio en la dirección correcta es un movimiento atrasado que suma más al concepto de especismo que al desarrollo de un sistema legal de protección.
Hoy, en plena crisis climática y de biodiversidad las tendencias novedosas buscan realizar una protección de los ecosistemas, legislando y promoviendo los derechos de la naturaleza y a la naturaleza, una protección de la biodiversidad completa, no solo de partes de esta con la cual sentimos una empatía.
La principal forma de violencia contra los animales es la pérdida del hábitat, si queremos proteger a los animales debemos proteger también su hábitat. La realidad es que hoy es muy difícil trabajar el tema de los derechos de los animales porque el primer paso es comprender su papel en el antroposistema y los ecosistemas. Debemos trabajar en la segmentación funcional de la biodiversidad que nos permitan proteger y conservar todas las formas de vida.
Cada especie tiene un papel importante en la naturaleza y mantenimiento de las necesidades humanas, es por eso que también debemos trabajar de manera sistema por la conservación de nuestros hábitats, no hay mejor manera de proteger a los animales que proteger sus ecosistemas, su fuente de alimento y todos los componentes necesarios para su pleno desarrollo y supervivencia según su nicho ecológico. Vamos por lo derechos de la Naturaleza.