Ronulfo, Pilar y sus hijos, Ezequiel Nathanael y Esdrás Jaciel, participan en la comunidad religiosa desde hace muchos años, por lo que reciben el cariño y admiración de la gente, que está al pendiente de ellos para que no les falte nada
Desde hace cuatro décadas Ronulfo Bernardo y su esposa Pilar Buenfil, integran una familia entregada completamente al servicio de Dios; sus hijos con sus respectivas esposas, son parte importante en este ministerio incluyendo hasta la parte musical, y cada domingo desde muy temprano reciben a los integrantes de la comunidad de la Iglesia Cristiana Getsemaní, ubicada en la calle 50 entre 91 y 93 en el centro de la ciudad.
Fue hace 44 años, a partir de una necesidad familiar, que el joven Ronulfo Bernardo, conoció a Dios en su natal Tabasco. “A mi madre la poseyó un espíritu malo, entonces no conocíamos a Dios, nos dijeron que él podría liberarla y así fue, nos convertimos y tiempo después Jesús me llamó al Ministerio”, recordó.
Unos años después por cuestiones de la vida el entonces muy joven Ronulfo, fue invitado a venir a Mérida, donde al mes de su llegada conoció a quien es su compañera de vida, su esposa Pilar Buenfil, originaria de Ciudad del Carmen y a quien conoció estudiando en el Instituto Bíblico Bethel y con quien a lo largo de este tiempo han superado juntos situaciones difíciles relacionadas principalmente con temas de salud.
“Ella se graduó y es licenciada en Teología y además cuenta con un diplomado en Consejería”, dijo orgulloso Bernardo, quien modestamente dice contar con estudios bíblicos, los que le han permitido predicar en diversos estados de la República Mexicana y hasta en los Estados Unidos, aunque su hogar lo ha establecido en Merida desde hace 39 años.
En amena plática este hombre que se ha ganado a pulso la admiración de los integrantes de la congregación, recordó cómo fueron aquellos tiempos en los que en el templo de la calle 50 entre 91 y 93, apenas se contaba con una carpita, y junto con su familia recibían muestras de cariño de la gente, que estaba al pendiente de ellos, y que no les faltara comida, por ello dice convencido Ronulfo: “La iglesia es mi Familia”.
“Yo era un niño, y recuerdo que todos los días veníamos caminando desde la colonia Melitón Salazar, donde rentamos una casa”, comentó Ezequiel Nathanael, el mayor de los dos hijos del pastor, quienes siguiendo su ejemplo, todos los domingos le acompañan en el culto se una manera muy especial.
“Yo además de que soy pastor asociado y atiendo a los jóvenes, toco el teclado y canto, mi hermanito un año menor, Esdrás Jaciel, toca la guitarra y mi esposa Marisol Vazquez también canta”, dijo Ezequiel, quien es maestro de música y su esposa de canto en el Seminario Teológico.
“En estos tiempos en los que vemos como muchas familias están desintegradas, la más grande satisfacción que tenemos es servir a Dios en Familia, y también escuchar y ayudar a los miembros de la comunidad que consideramos también como nuestra familia”, apuntó Ezequiel, quien invitó al público en general a que tengan presente que ante los problemas y aflicciones, la única salida es Jesús, el único que puede cambiar el rumbo de la vida.
Sin duda que la familia Bernardo Buenfil es un hermoso ejemplo de unidad lucha, estudio, trabajo y de servicio al prójimo.
Texto y fotos: Manuel Pool