Pese a los avances en las campañas de concientización sobre este tema, especialistas coinciden en que hacen falta más acciones e inversiones para cuidar de estos recursos naturales
Mucho ya se habló del riesgo que corren los ceno- tes y el manto freático de la Península de Yucatán a causa de la contaminación y el turismo, ahora también se agrega la construcción o modificación de estos acuíferos que está prohibida por Ley Federal de Aguas Nacionales vigente, según ha denunciado el arqueólogo e investigador Sergio Grosjean Abimerhi.
En este contexto, distintos actores ambientales, entre asociaciones civiles e investigadores, promueven la participación de la gente en las comunidades como medida para frenar el avance de la contaminación del manto freático y la destrucción de los cenotes, también como respuesta a la falta de seguimiento, tras los cambios en las administraciones gubernamentales a nivel municipal, estatal y federal, cada vez que hay elecciones.
LA SITUACIÓN DE LOS CENOTES EN YUCATÁN
Según la titular de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) de Yucatán, Sayda Rodríguez Gómez, hay dos mil 711 ce- notes y 335 grutas que ya están registrados por la dependencia estatal, además, se calcula que puede haber más de ocho mil cuerpos cársticos en el territorio, por lo que se tiene constancia de la existencia de alrededor del 38% de estos acuíferos.
En entrevista, el investigador Sergio Grosjean mencionó que en los últimos 10 años ha realizado pruebas de calidad del agua en 60 cuerpos cársticos alrededor de todo el Anillo de Cenotes de Yucatán, de los cuales el 83% contienen coliformes fecales, es decir, alrededor de 49 cenotes presentaron contaminantes que provienen del excremento humano u otras especies.
Señaló que varios de los gran- des factores del problema son los métodos para el tratamiento de residuos, los rellenos sanitarios, la presencia de sumideros en las casas, las actividades industriales que se realizan en el Estado, así como las actividades agrícolas que no tiene un manejo adecuado de sus desechos y la falta de un sistema de drenaje en la ciudad, que él asegura sí es posible de instalar.
Mencionó que también se han dado reportes en Hunucmá de pozos que han disminuido su nivel de agua drásticamente, al punto de correr el riesgo de secarse, lo que a su parecer demuestra un retroceso en la situación actual con respecto al cuidado del agua en el manto freático, y por consiguiente también con el cuidado de los cenotes.
Sin embargo, destacó que también se ha visto un avance en cuanto a las campañas de concientización sobre estos temas, no obstante dijo que hacen falta más acciones que beneficien al cuidado de estos recursos naturales, como mayor inversión por parte de la iniciativa privada en relación al saneamiento de ceno- tes y limpieza de carreteras.
Esto último porque, en su opinión, la basura que hay en las carreteras también significa una fuente de contaminación para el subsuelo, ya que cuando caen las lluvias, el agua se filtra con los contaminantes químicos de etiquetas, botellas pet, latas de aluminio u hojalata, entre otros desechos.
ESTRATEGIAS PARA SALVAR LA VIDA DE LOS CENOTES
Una limpieza de carreteras, como no se ha hecho en años, beneficiaría bastante a combatir la contaminación de los mantos freáticos, al igual que los diferentes niveles de gobierno pongan mayor atención al problema para que destinen más recursos a solucionarlo y no solo se realicen acciones aisladas sin mayor impacto o se le de mayor promoción al turismo de cenotes sin pensar en la carga ecológica que estos puedan soportar, explicó Grosjean. Cabe mencionar que, ante la pregunta expresa sobre ¿qué ganan las empresas destinando recursos a la limpieza de cenotes?, la secretaria de Desarrollo Sustentable señaló que los gobiernos les dan cierto beneficios fiscales a las compañías que cubren los gastos de equipos y personal para el saneamiento de cenotes, los cuales pueden alcanzar costos de más o menos 60 u 80 mil pesos, los cuales son deducibles de impuestos.
Por lado, organizaciones como Bacab A.C., que integra el proyecto de “Ha’kanules: Protectores del Agua”, aporta al cuidado de los cenotes a través de labores de educación y capacitación a la población a partir del voluntaria- do y actividades comunitarias, a fin de que a mediano plazo ellos tengan las herramientas para ocuparse de la protección de los recursos naturales en su localidad.
Sin importar la administración que esté gobernado, la cultura del cuidado del agua y los ce- notes necesita tener continuidad entre la gente, atendiendo las necesidades que surgen desde la misma comunidad, sin soluciones impuestas desde el exterior que finalmente terminan fracasando, explicó Yamili Salazar Ku, presidenta de BACAB y fundadora de los Ha’kanules.
Ejemplo de esto son los monitoreos de calidad del agua que ella, junto con su equipo de trabajo, realizan con la ayuda activa de jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, que se encuentran en 17 distintos municipios al interior del Estado, quienes aprenden a medir indicadores como la alcalinidad, el PH y la dureza del agua en los cenotes, que la misma población considerare como los más importantes de vigilar.
También está el caso de la agrupación Buzos Técnicos Deportivos de Yucatán, A.C., dirigido por José Antonio Ceballos Uc, quien promueve el buceo sustentable como una alternativa de turismo que pone mucho énfasis en la protección del sitio donde se realice esta práctica, involucran- do a la comunidad y cuidando que los buzos tengan buena flotabilidad, que no toque nada del ecosistema que pueda producir una afectación mayor.
De igual forma, explicó que ésta actividad se debe enfocar en respetar todas las tradiciones de las comunidades, ya que mu- chas veces los cenotes no solo son “agujeros” que hay en algún terreno, sino cuerpos con vida y forman parte de la riqueza cultural e histórica de la gente que vive alrededor de ellos.
El investigador Sergio Gros- jean, en una publicación en redes sociales, señaló que los cenotes tienen vida, pues no permanecen estáticos sino tienen ciertas dinámicas con relación a los ecosistemas en su interior y las temporadas de lluvias en su exterior, esto último provoca que su nivel de agua suba o baje de acuerdo a las condiciones climatológicas.
Al mismo tiempo, el agua continúa en circulación a través de toda la red de cuerpos cársticos que se encuentran en el sub- suelo de la región, debido a que la Península es una piedra caliza gigante con muchos canales y ductos aún sin explorar, pero que conforme va pasando el tiempo van revelando sus misterios, como sucedió con el recién des- cubierto laberinto subacuático en la gruta-cenote “Chuy ha” de Kaua, del cual ya hablamos en ediciones pasada.