Los Quijano, poderosa familia en la Mérida colonial

Los historiadores destacan que el gobernador de Yucatán, Lucas de Gálvez, se ganó la enemistad de la élite de Mérida, entre las que destaca la familia Quijano

La dinastía de los Quijano se distinguió por el poder que sus miembros quetenían en la Mérida colonial destacando su participación en ámbitos como el Ayuntamiento de Mérida, el Ejército y la Iglesia, lo que despertó el interés de investigadores locales y extranjeros, donde destacan algunos de sus integrantes como actores intelectuales del asesinato del capitán general y gobernador de Yucatán, Lucas de Gálvez, el 22 de junio de 1792. De hecho, dos de ellos fueron encarcelados en San Juan de Ulúa, pero gracias a la influencia política y económica terminaron por ser liberados en poco tiempo.

En la historia de esta familia se destaca Juan Esteban Quijano, quien al parecer, explica el historiador, Jorge Alberto Canto Alcocer, era realmente hijo del Gobernador de Yucatán, Antonio de Figueroa y de Isabel Davalos, pero fue reconocido por el matrimonio de Juan Francisco Quijano Garcia y Francisca Davila Ancona, quienes le dieron dos hermanos varones y dos mujeres.

Don Juan Esteban Quijano Davila siguió los pasos de su padre adoptivo y se dedicó al comercio y con el tiempo construyó un imperio económico. A los 40 años era un comerciante muy poderoso en la región y sus relaciones llegaban a Veracruz y la capital novohispana. Fue alcalde de Mérida en 1772 y 1788 y síndico procurador en 1786, 1788 y 1790, tiempos en los que su hermano Juan Francisco también fue alcalde en 1785, 1786 y luego en 1791 y 1792, año en el que falleció y en el que ocurrió el asesinato del Gobernador, que de manera inicial se atribuyó a un lio de faldas y celos.

Historiadores destacan que Lucas de Gálvez se había ganado la enemistad de la elite de Mérida por aliarse con las de Campeche y en el caso de la familia Quijano se destacan varios conflictos entre los que se cuentan el haber autorizado que Jose Boves se case con Maria Tomasa Quijano a pesar de la oposición de su padre Juan Esteban Quijano Davila, mientras que con Juan Esteban hijo, quien unos años después fue también alcalde, hubo diferencias, porque le prohibió utilizar bastón y respaldo en su asiento, algo que en esos tiempos representaba un símbolo de posición.

El Gobernador tenía enemigos por doquier: los ofendidos esposos de las mujeres que enamoraba, los comerciantes que se sentían despojados de algunas de sus riquezas y ciertos religiosos de muy alta jerarquía que no comulgaban con sus ideas. El obispo Luis Piña y Mazo era uno de sus peores enemigos

Alfonso López, fue el autor material, motivado por haber sido reprendido  por el Gobernador, quien le había reconvenido en público por no cumplir con su trabajo y por estar siempre borracho. También fue detenido por estos hechos Esteban de Castro, quien molesto porque no le permitieron casarse con Josefa Quijano involucró a esta y su hermano, el padre Tadeo en el crimen, ppr lo que fueron enviados a San Juan de Ulúa como autores intelectuales.

Dos años más tarde, llegó a ocupar la alcaldía uno de los 15 hijos que don Juan Esteban procreó con Petrona Zetina, Juan Esteban Quijano Zetina, permaneció en el cargo hasta 1795, y quien durante su periodo como regidor perpetuo, se le atribuye haber realizado mejoras a la iglesia de San Sebastián.

Texto y fotos: Manuel Pool