Machitos con columnas de clickbait

Recientemente, hay un fenómeno entre los columnistas de ciertos medios, el fenómeno de la búsqueda de la relevancia
al buscar decir opiniones que son tajantes y controversiales pero que, según ellos, representan el sentir general. Se le llama periodismo del clickbait: la carnada para clics. Porque eso hacen: “déjame digo algo increíblemente clasista y/o sexista, que represente ‘lo que todos piensan pero nadie se atreve a decir’, el sentir clasemediero, para ganarle clics a mi columna y justificar los mil pesitos de la columna semanal”.

No importa que ese sentir clasemediero sea nocivo, ignorante, lleno de odio y esté cargado de privilegio. No importa que el columnista, más que ser una voz de la ciudadanía, termine viéndose como lo que es: un pobre tipo parado en una caja de jabón, tirando veneno y desbordando ridiculez.

Cuando comienzas a abrir los ojos y a ver el mundo a través de la perspectiva de género, dejan de ser graciosas muchas cosas. El humor con base en estereotipos de género te comienza a parecer fácil, huevón. Los chistes sobre cómo a las mujeres nadie nos entiende son estúpidos. Los chistes entre hombres, sobre cómo equis cosa femenina te hace “putito” son de lo más asqueroso. Tus programas de televisión favoritos son arruinados porque siempre hay esa parte chiquita de la trama que representa un problema para los feminismos. Al ser abiertamente feminista, hay que desarrollar cierto callo para que a una le rompan el corazón: hay mierda sexista volando por todos pinches lados.

Tomaron los terribles comentarios viscerales y anónimos que recibieron estas mujeres y buscaron capitalizarlos. Los que deberían tener algo de vergüenza, algo de rigor periodístico, son Milenio y el autor. Dicen que Ana Guevara y María Barracuda se cuelgan de las lámparas para exigir justicia cuando:

1 El problema de violencia de género en nuestro país no distingue entre Juanita Pérez y una senadora de la república. Hemos llegado a este terrible nivel. Este año asesinaron brutalmente a una alcaldesa, solo por haber llegado al poder siendo mujer. No son cuentos. ¿Qué hubiera pasado si la hubieran matado de la golpiza que le metieron?

2 Los que se cuelgan de las lámparas son el autor y Milenio. Titular una columna “el odio a Ana Guevara y María Barracuda”, en una época en la que los feminicidios y la violencia están a la orden del día fue un intento muy ruin por capitalizar en la controversia. No son mejores que los sitios de “no creerás lo que sucedió después”. Hay que tener un poco de respeto para su profesión. No pretendan decirle a los medios cómo proceder, desde tales incongruencias. Eso de promocionar la columna con la cara golpeada de una víctima de la violencia, no es
algo fino.

Me enoja muchísimo que esta columna sea representativa del sentir de mucha de la gente que la leyó. Me siento sucia por haber contribuido con mi clic, logrando el fin. Pero me siento con la obligación de decir que este tipo de columnas, que desacreditan la lucha contra la violencia de género, son nocivas para nosotros, para quienes la consumen y tienen que parar. Abran los ojos. Nos están matando.- huffingtonpost. com.mx

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