Armando Escalante
Periodista y analista político
La semana pasada se difundió un reportaje periodístico de Pamela Cerdeira sobre envíos de ayuda a damnificados de Turquía, el cual volvió a exhibir los altos índices de corrupción que, al parecer, se registran en hechos que tienen relación con la Cuarta Transformación y sus distintos gobiernos.
Según la crónica de varios medios de internet, después del terremoto que azotó a Turquía, el seis de febrero, el gobierno de la Ciudad de México instaló un centro de acopio en el Zócalo en el que se depositaron despensas y otros productos de primera necesidad que donaron miles de mexicanos. En total el gobierno capitalino reportó 30 toneladas de víveres, según se informó oficialmente.
Después del terremoto que azotó a Turquía, tras una solicitud de información de la reportera Pamela Cerdeira, le mandaron fotos para evidenciar que “todo” lo enviaron al hangar de la Sedena en Santa Lucía y de ahí se enviaron al país damnificado. Pero eso no sucedió. La periodista logró rastrear una bolsa de arroz y un paquete de papel de baño que donó gracias a unos pequeños localizadores llamados AirTag que escondió en los paquetes de los víveres.
“La periodista logró rastrear una bolsa de arroz y un paquete de papel de baño que donó gracias a unos AirTag que escondió en los víveres” —refiere la crónica.
Según se desprende de los datos difundidos en este caso, luego del terremoto en Turquía, el gobierno de la Ciudad de México instaló un centro de acopio en el Zócalo.
—Miles de mexicanos acudieron a donar despensas y otros productos de primera necesidad —narra la publicación del medio periodístico.
Como era de esperarse, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, quien en vez de ser jefa de gobierno de la Ciudad de México se dedica a hacer campaña por todo el país, descalificó la investigación y reviró diciendo que era un asunto político. En vez de transparentar todo, la reacción fue contra la investigadora.
Mientras eso atraía las noticias, estallaba otro escándalo mediático que el presidente ocultó como secreto de estado: un video de una cámara de seguridad en Nuevo Laredo mostró un nuevo caso de malos tratos contra cinco civiles presuntamente narcotraficantes además de su aparente asesinato, a manos de militares. La secuencia, recogida el 18 de mayo, muestra cómo los militares sacan a los civiles de una camioneta. Algunos de los civiles portan armas. Los soldados les desarman, los patean y luego los colocan junto a un muro.
De acuerdo con los datos que se incluyen en el reportaje, tras ese hecho, los militares parecen refugiarse de algún ataque (supuestamente otros sicarios acuden a rescatar a sus compañeros) y, mientras se registra el fuego cruzado, los soldados disparan contra los civiles. Todos mueren en el acto menos uno, que fallece después en el hospital.
“Las imágenes, a las que ha tenido acceso el periódico el diario El País, muestran cómo los soldados, con los cinco sujetos ya muertos, alteran además el lugar de los hechos. Uno de los elementos agarra armas largas con una bolsa roja para evitar tocarlas con las manos y dejar huellas, y las coloca junto a los cadáveres. Más tarde, otro se da cuenta de que uno de los cuerpos todavía lleva las esposas, que ellos mismos le han puesto antes” —explica el diario español.
Este nuevo escándalo con militares se suma a otros muchos que se han dado en este sexenio que se dijo sería distinto y que se ufana de no ser igual a los anteriores.
¿Y el presiente que dice?. Nada. Soóo minimiza, cambia de tema y desvía con temas del pasado. Resultado… sube su popularidad en las encuestas. El mundo al revés.
El xix.— Mientras las ciudades se llenan de bardas de campaña política anticipada, la oposición de aquí, de allá y de acullá, sigue deshojando la margarita. No tienen iniciativa ni para mandar a borrar las leyendas.