Más concreto y menos árboles en el norte de Mérida, una plancha de calor

El rápido crecimiento y desarrollo de infraestructura han convertido al norte de la ciudad de Mérida en una auténtica “plancha de calor”, que concentra una diferencia de hasta tres grados de temperatura más arriba que el resto de la ciudad.

De acuerdo con el meteorólogo y especialista en el rubro Juan Palma Solís, Mérida puede considerarse ya una “isla de calor” que tiene condiciones más agresivas en el abanico norte de la ciudad, desde Francisco de Montejo hasta Altabrisa.

-El calor se ha incrementado en los últimos años sobre la ciudad de Mérida, y conforme avanza el tiempo se rompen récords de temperatura. Esto definitivamente se relaciona con el aumento de la masa de concreto y la deforestación constante de la que es víctima la urbe -señaló el especialista en una publicación de su autoría denominada “Mérida ya es una auténtica isla de calor”.

Y es que de acuerdo con él, el promedio de grados de temperatura en la zona norte de la ciudad es de hasta 45, mientras que en las demás zonas es de entre 42 y 43 grados en los casos de calor extremo regularmente.

-No descartamos condiciones actuales como el cambio climático, pero en el caso particular de este tema, el principal motivo es el rápido crecimiento de la zona y el gran número de construcciones, es decir, la alta presencia de concreto, plazas comerciales, estacionamientos -dijo el meteorólogo.

Indicó también que el factor “concreto” puede ser observable a partir de los cambios en las estaciones de medición climatológica que se encuentran distribuidas en la ciudad: los parámetros son unos en la zona norte, pero cambian al salir de ese punto.

-Un ejemplo claro es que mientras la medición en la zona norte de la ciudad es alta en cuanto a temperatura, cuando cruzas el anillo periférico inmediatamente en los registros de la estación de esa zona la temperatura baja, lo que refuerza la idea de que el factor concreto es indicador de las altas temperaturas en el norte de Mérida -explicó.

En el texto de Solís Palma se detalla que “de acuerdo con información estadística del observatorio meteorológico de la ciudad de Mérida, en los últimos 10 años se alcanzó en dos ocasiones el récord absoluto de temperatura máxima extrema en Mérida desde que se llevan registros.

“El primero de mayo del 2009 hubo 43.5° C, y después, en abril del 2015, 43.6° C. Esta condición puede estar asociada al calentamiento global, pero también tiene mucho que ver con el crecimiento de la ciudad”.

El especialista explicó que cercano a las instalaciones del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (Cicy), la estación del sector detectó ese registro el 27 de abril de 2002, de 46.5 grados, precisamente el año de ingreso del huracán Isidoro y a unos cuantos meses del suceso acaecido en septiembre.

-Es importante que se tomen medidas rápidamente, ya que, si la isla de calor en Mérida sigue creciendo, en los próximos años podríamos alcanzar temperaturas superiores a los 45° C, rango que podría convertirse en algo muy peligroso para los pobladores de la blanca Mérida -aseveró.

Sobre las islas de calor, dio a conocer que éstas se caracterizan por una notable diferencia de temperatura que se observa entre los espacios urbanos densamente ocupados y construidos en comparación con su periferia. Asimismo dijo que la distribución espacial de temperaturas de las islas de calor, son concéntricas o en forma de domo, si hacemos un corte transversal sobre la ciudad.

Es decir, si nos ubicamos donde se localizan más construcciones y masa de concreto, las temperaturas serán mucho mayores que en la periferia, donde hay menos construcciones y más vegetación.

-Para regular este incremento de las temperaturas y crecimiento de la isla de calor en Mérida es importante reforestar, ya que los árboles proyectan sombra y refrescan la temperatura al no permitir una alta absorción de calor por la superficie -aseguró.

También es necesario rehabilitar áreas verdes con pasto y plantas, agregó.

De forma histórica, resaltó Palma Solís, las temperaturas han sufrido modificaciones ahí donde la mancha urbana se ha extendido, con la presencia evidente de crecimiento en obra pública, es decir, el concreto en la ciudad.

-Un ejemplo claro es el de la estación meteorológica que se encuentra en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de Mérida. Antes esa estación se encontraba en las afueras de la ciudad. Por esa razón se colocó ahí. Pero la ciudad ha crecido, y ya no es el mismo promedio de temperatura que encontramos ahora al que se tenía antes de la expansión de la ciudad en esa zona -mencionó.

Las estaciones meteorológicas son un claro ejemplo de estos casos, y el observatorio meteorológico de la Conagua, que ya fue absorbido por la ciudad, es uno de ellos. Este recinto tiene aproximadamente 50 años de operar en los terrenos del aeropuerto que, en ese entonces, quedaba fuera de Mérida.

Finalmente enfatizó que se requiere un crecimiento más ordenado, y reiteró que consideren mayores espacios de áreas verdes para revertir la tendencia de lo que hoy es una plancha de calor.

Texto: Iván Duarte
Fotos: Cortesía

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