Las serenas palabras de despedida de Theresa May, a las puertas Downing Street, escondían entre líneas la amenaza que se cierne sobre el Partido Conservador, que renunció ayer viernes a seguir liderando. “Para alcanzar su propósito, él o ella [su sucesor] deberá encontrar el consenso en el Parlamento que yo no pude encontrar”, dijo. Los candidatos con más posibilidades de éxito, empezando por Boris Johnson, miran de reojo al ultranacionalista Nigel Farage y compiten por mostrar dureza frente a Bruselas. Resurge la amenaza de que el Reino Unido abandone la UE sin acuerdo el próximo 31 de octubre.
El rechazo generalizado entre los conservadores al último intento de salvar su plan del Brexit, que incluía un guiño a los laboristas con la posibilidad de un segundo referéndum, hizo finalmente comprender a May que se había quedado sola.
“Lo intenté hasta tres veces. Creí que perseverar era lo correcto, a pesar de tener todo en contra. Ahora ya me ha quedado claro que lo mejor para el interés del país es que sea un nuevo primer ministro quien lidere este esfuerzo”, dijo May. Solo al final del discurso, en la última frase, no pudo evitar el llanto al expresar su “enorme agradecimiento por haber tenido la oportunidad de servir al país que amo”, dijo.
May hará efectivo su abandono del liderazgo del Partido Conservador el 7 de junio. Eso le permitirá recibir sin provisionalidad al presidente de EU, Donald Trump, cuya visita oficial al Reino Unido está prevista entre el 3 y el 5 de ese mes. A partir de ese momento, comenzará la primera fase de un proceso de sustitución que puede prolongarse hasta mitad de julio y en el que los rivales con más posibilidades de éxito, como el exministro para el Brexit Dominic Raab o el exalcalde de Londres Boris Johnson, se presentarán ante la militancia conservadora con un discurso de dureza frente a Bruselas. “Un nuevo líder tendrá la oportunidad de hacer las cosas de un modo diferente y aprovechar el impulso de un nuevo Gobierno”, dijo Johnson en Interlaken (Suiza), donde participaba en una conferencia. “Nos iremos [de la UE] el 31 de octubre, con o sin acuerdo. Y el modo de lograr un buen acuerdo es prepararse para la posibilidad de que no lo haya”, dijo.
Los candidatos a liderar el Partido Conservador saben que su principal reto es neutralizar la emergencia del Partido del Brexit, de Nigel Farage, que ha atraído con su discurso radical y antieuropeo a muchos votantes tradicionales. “Es difícil no sentir pena por May” escribía este viernes Farage en su cuenta de la red social Twitter. “Pero políticamente no supo interpretar el ánimo del país y de su partido. Ya han renunciado dos líderes conservadores con instintos proeuropeos. O el partido aprende la lección, o morirá”, advertía. May permanecerá como primera ministra interina durante el tiempo que dure la contienda, y se presume su neutralidad. Pero no la de otros actores fundamentales, como el jefe de la oposición, Jeremy Corbyn, quien reclamó de inmediato al líder que surja que convoque elecciones.
Texto y foto: Agencia/ EFE