La tecnología avanza y gracias a los dispositivos inteligentes los usuarios conocen sus patrones de consumo y mejoren la eficiencia energética
El acelerado crecimiento poblacional es una de las principales preocupaciones, ya que conforme el tiempo pasa, se necesitará de mayor energía para mantener nuestro estilo de vida moderno.
Afortunadamente, la tecnología avanza, y gracias a la combinación de dispositivos inteligentes y la automatización, es posible que los usuarios conozcan sus patrones de consumo y que mejoren la eficiencia energética en sus hogares, esto con el uso de la inteligencia artificial (IA) sumada al Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y a la conectividad 5G.
La tecnología ayuda a los consumidores a reducir el coste energético de sus hogares en un contexto en el que los aumentos de los precios y la importancia de reducir emisiones de dióxido de carbono (CO2), hacen del ahorro energético un aspecto clave para mejorar también la salud financiera.
En un ejercicio realizado hace unos años en España, se controló con tecnología en una vivienda la climatización, la iluminación y posibles averías y fugas, arrojó tras un año de mediciones que el ahorro de iluminación fue de un 80 por ciento, del 25 por ciento en aire acondicionado, del 20 por ciento en pequeños electrodomésticos; asi como del 17 por ciento en calefacción, del 11 por ciento en agua caliente y del 10% en el uso de la computadora.
En la actualidad, con soluciones tecnológicas cada vez más sofisticadas es posible encontrar en el mercado dispositivos electrónicos que se conectan con los electrodomésticos de una vivienda, normalmente mediante el cuadro eléctrico, y envían sus datos de consumo a una plataforma en la nube.
Con estos datos se puede nutrir a algoritmos de ‘machine learning’ y estimar los patrones de gasto de la unidad familiar. A los habitantes les llega la información vía ‘smartphone’, con notificaciones, tablas y gráficos sobre su huella eléctrica.
La inteligencia artificial y, en particular el ‘machine learning’, es capaz de extraer datos de consumo eléctrico de nuestros hogares, y determinar un patrón.
Una vez que tenemos nuestro patrón de consumo podemos utilizarlo para reducir el gasto de dos maneras: cambiando nuestra forma de consumir energía.
El internet de las cosas (IoT), engloba elementos del tipo de sensores y actuadores conectados a la red de Internet, como los termostatos inteligentes, que controlan la climatización, permiten su gestión en remoto y pueden aprender los horarios y costumbres de una familia para, de esta forma, calentar o enfriar su hogar de manera más eficiente.
Las bombillas inteligentes ofrecen ese mismo control, pero sobre la iluminación, y también es posible manejar los motores de persianas para generar el llamado ‘factor cueva’ en una casa, manteniéndola fría en un día caluroso y cálida en un día frío.
Texto y fotos: Manuel Pool