Son pocas las personas que desde temprano acuden a sus centros de trabajo tras recibir el 2022, por lo que la ciudad y los negocios presentan poca movilidad
El baile y la pólvora por los “muñecos viejos” estuvieron de campeonato y maratónicos, ya que Mérida amaneció como un desierto, casi como si fuera un espejo de la novela “Pedro Páramo” de Juan Rulfo, donde solo había fantasmas. Una estampa que se ha vuelto típica en este día y totalmente lo contrario a horas antes, cuando miles de meridanos asistieron a realizar sus compras para la Nochevieja.
En el cruce de la calle 54 por 61 del centro, en plena arteria principal de la ciudad de Mérida, en 5 minutos únicamente se registraron 27 vehículos y 4 ciclistas, muy contrario a un día antes, donde la fila era larga y los conductores expresaron su malestar hasta con insultos.
Un conductor de una Urvan del Frente Único de los Trabajadores del Volante le dijo a un despachador de la ruta de camiones, que por qué había ido tan temprano a ir a trabajar, “anda a tu casa a seguir durmiendo”.
El empleado de la empresa camionera le indicó que si yendo se hizo un relajo, sería peor si no estaba.
Comentó que ellos comenzaron a dar servicio a las 10 de la mañana, pero había rutas en donde desde las 9 de la mañana había gente. “Debemos dar el servicio, hay personas que tienen que trabajar, otras van a visitar a sus familiares”, anadió.
Señaló que en sus rutas donde suelen estar 6 unidades hubo 3, en Chuburná solo prestaban servicio 2 de 6 camiones.
Explicó que en la ruta de Reyes tuvo que quitar una unidad para que reforzará a la de Chuburná, ya que el camión que prestaba servicio, se le ponchó la llanta.
En la Plaza Grande, algunas personas se animaron a asistir, pues también se realizó el tradicional programa de Mérida en Domingo, que ahora también se coloca los sábados debido a que los expositores de las artesanías requieren de más espacios por la pandemia.
El jubilado Miguel Herrera indicó que él acostumbra a salir este día con su esposa a escuchar misa en la Catedral y también aprovecha a pasear la Plaza Grande, así como otros contados lugares que abren debido a que no hay aglomeraciones.
“Nos dormimos como a las 3 de la mañana, nuestros hijos nos acompañan y nosotros ya no salimos a visitar a nadie”, señaló el entrevistado.
Aunque había poco pasaje, el ruletero del Frente Único de los Trabajadores del Volante, Andrés Martín Esquivel Argáez, señaló que comenzó a trabajar desde las 8:30 de la mañana y que trabajará hasta la medianoche.
“Ahora están todos gastados, crudos, pero al mediodía debe mejorar y ya para las 4 de la tarde comenzarán a ir por el recalentado”, explicó.
Y dijo que él aprovecha trabajar en esta época, para ahorrar dinero, ya que luego vendrá enero, que es cuando baja mucho el pasaje.
Mientras estas contadas personas se encontraban en el centro de la ciudad, en la mayoría de las casas la gente dormía, ya que el festejo fue maratónico. Luego de que quemaron los muñecos de los viejos, comieron las uvas, brindaron y se felicitaron, muchos se pusieron a bailar a ritmo de los Ángeles Azules, los Socios del Ritmo, Chico Che, Rigo Tovar, solo por mencionar algunos, para recibir al Año Nuevo.
Texto y foto: Darwin Ail Baeza