Con la definición de los límites del diálogo, los representantes de los gobiernos de Canadá, Estados Unidos (EU) y México anunciaron el inicio de negociaciones para la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Fueron 25 minutos de discursos, pero fue en los últimos siete minutos cuando comenzó la tensión, justo con el discurso del representante comercial de EU, Robert Lighthizer, quien dijo que este es un “día histórico” para los estadounidenses porque se cumplirán las promesas que hizo en campaña el presidente Donald Trump.
Definió uno a uno sus intereses, como desaparecer el déficit comercial y lograr un balance comercial, incrementar las reglas de origen del sector automotriz; mejorar el ámbito laboral; tener un comercio justo, evitar que el capítulo de solución de controversias para el dumping y subsidios impida que cada país soberanamente imponga cuotas compensatorias.
En su discurso advirtió que la gran problemática comercial tiene que ver con que falló el TLCAN y parte de ello tiene que ver con la relación con México, en lo que se refiere al crecimiento del déficit comercial de EU con la economía mexicana.
Al terminar no hubo aplausos de la delegación mexicana, quienes tomaban nota sobre los puntos a los que se refirió Lighthizer.
La tensión se notaba tanto entre los representantes del sector público como del privado de México, aunque la gran mayoría, aseguró, al finalizar el evento que no hubo sorpresas en el discurso estadounidense.
Para el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, si bien hay interés de modernizar el Tratado “para que un acuerdo sea exitoso, tiene que funcionar para todas las partes involucradas. De otra forma no es un acuerdo”.
Advirtió que México tiene un rol constructivo en esta primera ronda de negociaciones –del 16 al 20 de agosto—y será proactivo con el fin de no arriesgar lo que ya se logró como región.
Guajardo, acompañado por el subsecretario de Economía, Juan Carlos Baker y Kenneth Smit, jefe del equipo negociador mexicano, en la ceremonia de inicio de negociaciones, dijo que ahora nuevamente se tiene la oportunidad de ser pioneros y rediseñar la forma en que se interactúa.
En clara alusión a la preocupación estadounidense por el déficit, la canciller canadiense, Chrystia Freeland, dejó en claro que ellos no miden el éxito comercial con base en un déficit.
Y enlistó que los objetivos de Canadá en la renegociación son: creación de empleos, crecimiento económico, modernización del TLCAN, incluir temas laborales y medio ambientales, entre otros 16 puntos que les interesan.
Chrystia y su equipo negociador fueron cordiales en su discurso, pero justo cuando comenzó Lightzier borraron su sonrisa para comenzar a escribir cada uno de los puntos que decía el funcionario estadounidense en su discurso.
