MI HISTORIA CON LAS CARNITAS

 

 

Por Mario Ovies Gage*

*Maniático de series televisivas y voraz lector. Hay un chef en potencia detrás de estas letras, pero sobre todo un paladar exigente.  

Desde pequeño mi papá se encargó de llevarme a todo tipo de establecimiento de comida callejera. Así fue como probé distintas variedades de tacos, tortas o antojitos. Era tan solo un niño y ya había probado tacos de suadero, los de carnitas, de cabeza y demás.

Muchos de estos sabores son gustos adquiridos, hay que tener estómago para ellos. De manera especial recuerdo nuestra búsqueda de las mejores carnitas estilo Michoacán.

A lo largo de los años, he probado todos los puestos que han aparecido en la ciudad (o casi todos), y puedo decir, sin dudar, que hace 10 años probé los mejores.

Unas carnitas preparadas en pura manteca fueron la clave del éxito de una pareja de michoacanos que puso su taquería en un pequeño local de Prolongación de Montejo.

Tenían una barra, una imagen de la Virgen de Guadalupe y dos mesas de Coca Cola. Nadie los hubiera volteado a ver si no fuera por el magnífico aroma que provenía de su interior.

Con ellos probé una oreja inigualable, con una textura única y un sabor que te hace pedir más. Su receta hace que las carnitas que ahí preparen no te dejen grasa en el paladar y que puedas comerte varios tacos sin ningún problema.

Cuando voy, también pido religiosamente mis tacos de nana y buche, mientras que en otras ocasiones pido una gordita con cuero y maciza.

Don Armando y su esposa Pilar les harán pasar un rato sumamente agradable en compañía de las mejores carnitas estilo Michoacán.

Si llegan temprano no se pierdan las quesadillas o una gordita recién hecha.

La taquería se llama Sahuayo. Actualmente se encuentra en las Américas, en la calle 53 esquina con 106. Abren los sábados y domingos así que pasen temprano porque se les acaban.

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