René Emir Buenfil Viera
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Cuando una jefa o jefe son personas impositivas, supuestamente abiertas al diálogo, pero sólo cuando les conviene, o como una apariencia para el exterior, pero para su círculo cercano muestran su cerradez mental, sus frustraciones y su poca capacidad de regulación emocional con arranques de ira, ahí es donde nos ponen en una encrucijada, pues a pesar de que no estén exigiendo, criticando y desmoralizando, de todos modos tenemos otras personas en nuestros equipos de trabajo de las que estamos acargo y queremos que se sientan en un ambiente agradable, en lugar de tener una actitud de si a mí mi jefa o jefe me hace, yo les hago lo mismo. Cuando estamos en esta situación podemos tener muchos momentos donde nos cueste trabajo tener niveles óptimos de productividad, ya que un cerebro estresado es poco imaginativo y le cuesta encontrar soluciones creativas a los problemas. ¿Cómo le hacemos para que estas jefas y jefes entiendan que es precisamente su actitud déspota la que está motivando los malos resultados? Porque claro, muchas de estas jefas y jefes nos echan la culpa o a nuestros equipos de trabajo, pero tienen poca capacidad de autocrítica, y aunque en el fondo sepan su contribución al caos, no lo admiten directamente.
El papel que ocupa una persona cuyo jefe o jefa está continuamente regañando, corrigiendo y exigiendo las cosas para ayer, además de desmotivador es estresante, porque con tal de complacer, y dependiendo de tu conocimiento del puesto, del departamento y de la empresa puedes entender si esas demandas son tiránicas, si quieren que le hagas su trabajo además del tuyo, o si las demandas que te pide son imposibles o inalcanzables, o son razonables, o quizá no dependan únicamente de ti, y con esta evaluación puedes empezar a poner límites sanos a tu jefe o desarrollar mucha mano izquierda y estilos de negociación para mantener un equilibrio, también sabiendo elegir tus batallas y entendiendo la personalidad de tu jefa o jefe, si le interesa quedar bien y con quiénes, y sus estilos de comunicación preferidos, si es un jefe que oculta información, comparte de más, la da a cuentagotas o manipula a información conforme a sus intereses. Una jefa o jefe negativo que sólo busca el pelo en la sopa, que nunca está contenta (o), que siempre tiene pendientes, y que intenta usar el poder y el control para imponerse y ve toda opinión diferente como ataque puede ser una pesadilla, porque se enfrasca en algo y es difícil sacarle de ahí, además de que minimiza las ideas de otros o los esfuerzos y logros tanto tuyos como del personal a tu cargo, y esta es la fuente principal de desmotivación y de tomar una actitud o de plano cínica ante la situación porque si todo lo que hacemos está mal o es lo peor. ¿Por qué no nos corre? Aunque nos amenace continuamente con hacerlo, sabemos que no será así. Yo sé que cuando llegas a estos extremos en tu vida laboral parece que no hay salida, pero cada día le vamos tomando más importancia a nuestra salud mental y calidad de vida, y no darlo y sacrificarlo todo a costa de un puesto de trabajo.