El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) reportó una disminución en las remesas enviadas desde Estados Unidos a Yucatán, atribuyendo el fenómeno a las políticas migratorias y fiscales implementadas en ese país. Según datos del Banco de México, en el primer trimestre de 2025, los migrantes yucatecos enviaron 107 millones de dólares, 6 millones menos que los 113 millones del último trimestre de 2024. Isaías Marrufo Góngora, presidente del IMEF en Yucatán, señaló que la incertidumbre económica y social en Estados Unidos es el principal factor detrás de esta caída, una tendencia que también afecta a otras entidades mexicanas.
Yucatán ocupa el lugar 26 a nivel nacional en recepción de remesas, lo que, según Marrufo, podría mitigar el impacto económico local, ya que la dependencia de estos recursos es menor comparada con estados como Michoacán o Guerrero. No obstante, la reducción refleja los desafíos que enfrentan los migrantes yucatecos ante un entorno más restrictivo en Estados Unidos, incluyendo el endurecimiento de medidas migratorias bajo la administración Trump.
Por otro lado, el IMEF destacó un aspecto positivo: la inflación en Yucatán se estabilizó en junio en 4.08%, por debajo del promedio nacional de 4.32%. Este alivio podría ayudar a las familias a sobrellevar la disminución de remesas, aunque el panorama sigue siendo incierto. Marrufo instó a las familias yucatecas a gestionar con prudencia sus finanzas para evitar el sobreendeudamiento en este contexto económico.
Expertos advierten que, de mantenerse las políticas migratorias restrictivas y el escrutinio sobre los envíos de dinero, las remesas podrían seguir cayendo, afectando el consumo local. Aunque Yucatán no es de los estados más dependientes de estos recursos, la situación pone en evidencia la vulnerabilidad de las comunidades migrantes y la necesidad de políticas que apoyen su estabilidad económica.
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