Doris Fernández viajó más de 1,000 kilómetros desde Chicago a la capital estadounidense para pedir a los candidatos presidenciales por leyes que le otorguen a las víctimas de violencia “el derecho a sanar”, uno que a ella le ha costado obtener después de que su hijo muriera a manos de las pandillas. La inmigrante, de origen colombiano, hace parte de las 3,000 víctimas de delitos que llegaron a Washington procedentes de 30 estados para participar en la primera Marcha de los Sobrevivientes del Crimen, que busca empujar el tema en las elecciones de noviembre próximo. “El derecho a sanar debe ser consagrado como algo fundamental en la ley estadounidense, porque cuando una persona es víctima de un crimen y tiene su corazón desecho y roto no puede ser una persona de provecho para la comunidad”, dijo Hernández.
Con los votantes citando el crimen violento como un tema principal a pocas semanas de las elecciones presidenciales, los activistas convocados por Alliance for Safety and Justice quieren que se aborde el tema de una vez por todas. “Hay que visibilizar este problema y pedir al Congreso, la Casa Blanca, a los candidatos que se involucren y se avancen soluciones”, agrega Hernández.
En este sentido, Aswad Thomas, vicepresidente de la Alianza y director nacional de Sobrevivientes del Crimen por la Seguridad y la Justicia, explicó que décadas de políticas fallidas de lucha contra el crimen alimentaron ciclos de violencia y dejaron solas a demasiadas víctimas de delitos para enfrentar las consecuencias.
Congresistas como Debbie Dingell, representante de Michigan, acompañaron a los manifestantes que abogan por leyes federales para la prevención de la violencia doméstica, centros de recuperación de traumas, protección de viviendas y empleos para las víctimas, entre otras.
Texto y foto: EFE