Mirar por la otra ventana

Por Mario Barghomz

Cuántas veces en nuestra relación con los demás, somos nosotros los que no hemos aprendido a mirar lo que el otro observa, a ponernos en su lugar para tomar un acuerdo, a ponernos en sus propios zapatos para sentir lo que siente, a mirar también la vida desde su perspectiva; desde lo que él mira.

Cuánto trabajo nos cuesta a veces entendernos con el otro, ceder ante sus prerrogativas, ponernos como se dice, en la misma sintonía para no ofendernos, para no lastimarnos o separarnos. ¡Parece tan simple, pero en lo cotidiano es tan complicado!

De antemano sé que puedo describir la realidad que veo, y cómo no si son mis propios ojos los que miran. Pero cómo saber si los demás miran lo mismo que yo veo. Y aún si vamos en el mismo tren, el mismo avión o el mismo automóvil, los que ahí vamos, ¿miramos exactamente lo mismo en el camino, cada sensación y detalle?

¿De qué lado vamos en la vida: derecha o izquierda? ¿Y es ahí donde queremos ir o donde el otro o los demás han dispuesto que vayamos? ¿Qué miramos…? Las mismas emociones o rechazo nos confunden a veces.
“Mirar por la otra ventana” es un pequeño argumento de Irvin D. Yalom, famoso psicoterapeuta norteamericano, que aparece en su último libro publicado (El don de la terapia; Edit. emecé. México, 2019) y que describe la diferencia y falta de empatía entre dos seres humanos, cada uno sentado junto al otro, pero cada uno mirando y hablando de algo distinto que malogra tanto los sentimientos de afecto como el diálogo, la percepción de la realidad y la verdad propia de los sentidos.

“Hace décadas –dice Yalom, (p.44) tuve una paciente con cáncer de mama, quien durante toda su adolescencia había estado involucrada en una larga y amarga lucha con un padre duro y negativo”. Esta paciente obviamente anhelaba el momento de tener una buena relación con su padre, pero de su parte; sin duda exigía que su padre mirara la vida como la veía ella.

Me recuerda el caso de Franz Kafka, que también sufría de muy diversas maneras el estar cerca de un padre castrante y tirano, distante y ofensivo. Situación que solo pudo acabarse cuando Kafka abandona su casa y muere de tuberculosis poco tiempo después a los cuarenta años, no sin antes haber intentado hablar con su progenitor a través de su famosa “Carta al padre” (1919), testimonio que hoy usamos tanto en su aspecto dialéctico como argumento literario, como en el de su sustancia psicoterapéutica de una relación disfuncional, tormentosa y destructiva.

¿Hacia dónde miró Kafka que su padre no miraba? ¿Por qué no miraban lo mismo? ¿Por qué tanta angustia, soledad y desamparo de parte de uno de nuestros genios literarios más influyentes de la Literatura moderna? ¿Y por qué esa obsesión desmedida por un padre más cariñoso y atento?

En el ejemplo que cita Yalom sobre su paciente, ésta viaja un día con su padre en auto. Pero por más que ella se empeña en obtener algo bueno de él, menos brusco y más cordial, el viaje resulta un desastre dada la mala actitud y temperamento de su padre, quien no deja de quejarse durante todo el camino del arroyo feo y sucio que ve por la ventanilla. Pero lo que mira ella es un arroyo rústico, bello y virgen. El resto del viaje –dice- lo hicieron callados, cada uno mirando hacia su propio lado.

“Más adelante ella hizo ese viaje sola y se sorprendió al notar que había dos arroyos, uno a cada lado del camino. Esta vez conducía yo –dijo con tristeza- y el arroyo que veía por la ventana del lado del conductor era tan feo y estaba tan contaminado como lo había descrito mi padre. Pero cuando aprendió a mirar por la ventana de su padre ya era demasiado tarde; su padre estaba muerto y enterrado” (p.44-45).

Sin duda cada ventana es un mundo, una historia, buena o mala, como cada persona también en la vida: padres, hijos, hermanos, cónyuges, amigos. Y la única historia que nos pertenece realmente es la nuestra, la que miramos con nuestros propios ojos. ¿Pero cómo saber que lo que miramos por nuestra ventana (y no la otra) es lo ideal y verdadero? Y también, ¿cuánto y cómo compartir lo que miramos?

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