Quedarse sin batería en el móvil supone una absoluta desconexión con el entorno y un drama que en la vida real cuesta mucho asumir. Los fabricantes lo saben y se esmeran en proporcionar baterías cada vez más potentes, pero, sobre todo, sistemas de carga más eficientes y cómodos. En este sentido, la tecnología ofrece ya dos soluciones que las principales marcas están incorporando ya en sus móviles estrella: la carga inalámbrica (sin cables) y la carga rápida.
Existen toda una serie de mitos y falsas creencias en torno a estos dos sistemas de carga que consiguen que todavía una buena parte del mercado siga confiando en el sistema de carga tradicional, pero estos usuarios se están perdiendo las ventajas que proporcionan ambos sistemas de carga sin un motivo real o contrastado. ¿Cómo funciona cada sistema y qué ventajas proporciona?
Uno de los mayores inconvenientes en los procesos de carga reside en lidiar con los cables; no solo por su peculiar capacidad de liarse, sino por el simple engorro de tener que cargar con ellos. Los cables exigen además adaptarse a los conectores que emplea el dispositivo a cargar, y sin son varios los que se llevan de viaje, puede resultar bastante problemático. La carga inalámbrica elimina de un plumazo todos estos inconvenientes e incorpora un elemento que logra seducir a todos los que lo prueban por primera vez.
Texto y foto: Agencias