Miriam Chi Chim es una joven histriona que halla su camino por la actuación de forma fortuita; es una mujer que ha vivido diversas experiencias que la han llevado a mostrar su talento en el teatro y ahora en una película
La actriz yucateca Miriam de Jesús Chi Chim está en uno de los momentos más importantes de su carrera, pues cumplió uno de los sueños que toda histriona tiene: ser parte del elenco principal de una producción cinematográfica.
En agosto se estrena en la plataforma de streaming Netflix la película “¿Qué culpa tiene el karma?”, donde podremos ver a Miriam actuar y representar a Yucatán en esta divertida producción, la cual fue filmada en diversos puntos del estado.
Peninsular Punto Medio, tuvo la oportunidad de charlar con la actriz yucateca, quien nos contó su trabajo, el proceso de ser parte de una producción y los sinsabores que vivió durante su crecimiento personal, que la mantuvieron con los pies en la tierra.
Miriam ha participado en puestas en escenas como “El laberinto del uaykirits”, “Diego el mulato” y el proyecto “Caminantes. Hacia el encuentro”.
Cuéntanos un poco de ti. ¿Hace cuánto te dedicas a la actuación?
-Tengo 31 años, el 8 de julio los cumplí, soy de Mérida, Yucatán, registrada en Acanceh y actualmente vivo en Hacienda Ticopó. Empecé en esto de la actuación desde el 2009, porque es la fecha donde hice mi primera obra de teatro, yo estudiaba Telecomunicaciones en la Universidad Tecnológica de Mérida (UTM), pero lo dejé por el teatro.
¿Ahí te das cuenta que tu vocación era el teatro y la actuación?
-¿Sabes qué pasa? Que nunca me di cuenta de qué quería, de hecho en mi infancia no tuve acercamiento al arte, mi mamá no me llevó al ballet o al teatro, yo jugaba y sí recuerdo vestirme de un personaje. Una vez asusté a mi madre, porque me puse ropa tras ropa y me puse lentes, le hablé y cuando vio ese bulto se asustó, tenía como 10 años, siempre jugaba.
-Yo entré a la UTM sin saber qué onda o qué quería, sabía que tenía que estudiar una licenciatura. Llegué ese día a la UTM y me preguntaron de qué era, recuerdo que le dije: no sé, estudié en la prepa en Informática y dije “tú eres de nosotras”, pero por algo pasan las cosas, en esa misma carrera conocí a una amiga que un día llegó y me dijo: fíjate que te quiero invitar a un retiro de religiosas en Izamal, le dije que no tenía dinero y ella ya había pagado todo.
-Llegamos al retiro hicimos como tres o cuatro días, con las hermanas; estuvo gracioso, porque fue la experiencia más padre de mi vida, ellas en el retiro hicieron dinámicas y hubo un ejercicio que era hacer un sketch en grupo, pero teníamos que hablar del aborto, obviamente de que es malo, pero nosotros nos pusimos a jugar, la palabra jugar me hizo sentir feliz, regresar a esa niña que jugaba y quería seguir explorando, experimentando. Presentamos la obra y todos se divirtieron y luego se acercó mi amiga y me dijo: “Eres muy buena, ¿no has pensado en estudiar teatro?”. De esas preguntas que te marcan la vida.
-Después de eso regresé a la vida, las clases, ya nada era igual. Yo pensaba si era buena en eso, porque nadie antes me había dicho que era buena en algo, porque desde la primaria no he sido buena, yo solo pasé por la escuela porque es lo que tenía que hacer.
¿Fue después de eso que entraste a la Escuela Superior de Artes a estudiar teatro?
-Yo primero entré a la CTM con Norma Rodríguez a unos talleres de teatro, me invitó, la conocí por la UTM. Empecé con mi descubrimiento y una vez ella me dijo que era buena para la Escuela Superior de Artes de Yucatán (Esay) y yo ¡¿que es eso?!
-Después de todo esto, al fin, decidí y dije de aquí soy, pensé “basta de tonterías y lo que la gente quiera”, hay una escuela, salgo como licenciada y quiero seguir estudiando y el resto es historia.
¿Y cómo llegas a Netflix?
-Ni yo sé cómo llegué a Netflix. Yo me encontraba dando función en Caminantes hacia el encuentro con la colectiva Corriendo con Lobas.
-Me llegó un inbox de una maestra muy querida, Alejandra Díaz de Cosío y me dijo que Mercedes Gironella se comunicaría conmigo, ella es la directora de una casting en la Ciudad de México, que buscaba actores y actrices para un papel en Netflix. Recuerdo que estaba acostada en mi hamaca descansando porque acababa de tener funciones y no lo creí, la verdad, pero fue hasta que vi que Mercedes le comenzó a dar like a mis fotos y dije: sí es verdad.
-Unos días después me llamó y me dijo de qué trataba la película, el personaje y que necesitaba que enviara mi casting por video, lo primero que hice fue respirar porque dije esto está pasando. Envíe el primer video, me dieron correcciones y las envíe. Pasó el tiempo de que envié mi casting y pues ya a esperar. Me quedé pensando en que seguro había otras personas haciendo lo mismo.
-Me habían dicho que la película saldría para junio del año pasado, me llamaron para febrero. Llegó junio y no me llamaron, pensé que le dieron el papel a alguien más y seguí con mi vida. Después de eso todo fue un proceso caótico, porque yo pensaba que la película alguien más la haría, y qué bueno, pero vino la enfermedad de mi hermano, todo fue un caos, él tenía un problema en los riñones, necesitaba diálisis y un trasplante de riñón, pero había que estabilizar. Obviamente, se necesitaba dinero, pues él no tenía seguro social, se lo quitaron en la empresa donde trabajaba y nosotros como familia empezamos a ayudar.
-En esos días recuerdo que me enviaron un mensaje de que un compañero tenía covid y que me tenía que hacer una prueba y me asusté porque no podía estar enferma, convivía con mi familia.
-Después de eso, todos se enfermaron en la casa, mi mamá, mi papá y todos son vulnerables. Yo estaba aislada con mi sobrino, recuerdo decirles que tengan cuidado, porque mi hermano Manuel estaba en casa y era más vulnerable. Recuerdo también que me culparon, porque yo debí de decirles antes y pues, me la creí “es mi culpa”.
-En esas estaba cuando en esos días me llamó Mercedes y me dijo que quedé en el papel, que me eligieron para la película. Mi mente estaba de ¿“Es neta?”.
-Pasaron dos días y me llamó Mercedes y me dijo que quedé en la película, que el papel era mío. Me puse muy contenta, lo primero que hice fue llamarle a mi otro hermano para decirle que me quedé en la película. Le marco y no me contesta, en ese momento se llevaron a mi otro hermano al hospital porque su oxígeno bajó. Entré en crisis, me culpé y pedí perdón.
-Recuerdo que llegué a la Ciudad de México, leímos el guión y ya en el hotel me dio un ataque de pánico. Se supone que debería disfrutar el momento y no pude. A las tres de la mañana sonó mi teléfono, era esa llamada que no querías que suceda era mi cuñada, llorando me avisó que mi hermano acababa de fallecer. Yo regresé hasta el 1 de julio, estuve del 28 al 1 de julio en la Ciudad de México. Mi hermano me fue a buscar al aeropuerto y fuimos directo al cementerio en Ticopó. Regresar fue enfrentarse al duelo, la familia y todo lo que sucedió. A la producción no le conté nada, solo al final, porque la que ya sabía me preguntó cómo estaba mi hermano. No podía hablar del tema porque era llorar.
Háblanos sobre tu personaje
-Se llama Sacnicté, es una chica, coqueta, aventada y amistosa. Siempre pensé en cómo hacer a “Sacni”, porque quería hacer a una chica que se identifique con todas y que tenga ese sueño; porque ella tiene un sueño, pero no les puedo contar más, hasta que vean la película -finalizó.
Texto y foto: Andrea Segura