OXKUTZCAB.- El trabajo de las mujeres de ascendencia maya en las comunidades de los municipios del interior del estado no sólo se limita a las labores domésticas son también coadyuvantes de generar ingresos para sus familias en el contexto de estar activas para vender los productos del campo que producen sus esposos.
En la Central de abastos “Solidaridad” y en la explanada del mercado “20 de Noviembre” es común ver a las mujeres maya parlantes ataviadas en sus ropas tradicionales acudir en los dos centros de acopio para poder vender las frutas y verduras que producen sus esposos, en las diferentes comisarías.
El ritmo de vida es aún más pesado debido a que una gran párate de las mujeres mayas son las que empiezan sus trabajos desde muy temprana hora del día y de la madrugada poniendo el maíz para cocerlo con cal y de allí en la mañana llevarlo al molino para que a la hora del almuerzo ellas hagan tortillas hechas a mano.
Las mujeres mayas viven una realidad aparte debido a la carga de trabajo de que son objeto, así como de que en muchos casos sufren de violencia doméstica y padecen la subsistencia de una cultura machista que vulnera los derechos de ellas y que las instituciones que dicen protegerlas las dejan sin el respaldo de sus garantías individuales.
En el marco de la conmemoración de los pueblos indígenas, la subsistencia de una ancestral cultura es admirable, más si está se sostienen de las mujeres de quienes ha recaído una enorme responsabilidad de ser un eje de soporte de sus familias.
Texto y foto: Bernardino Paz C.