El exponente del muralismo y artista plástico, Víctor Argáez Sánchez, quien hoy inaugurará su exposición “En busca de un personaje de un mural”, afirmó que este movimiento artístico todavía tiene latidos propios, que no ha muerto, que tuvo una gran época con José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, además del respaldo de quien fuera secretario de Educación, José Vasconcelos, y que sigue vigente.
Explicó que Alfaro Siqueiros retrató la nueva democracia, utilizó la pistola de aire y pastas y Rivera fue didáctico y magistral, “aunque no le gusta mucho”.
Indicó que en Yucatán tuvo él tuvo la fortuna de colaborar con Manuel Lizama, junto con el maestro Fernando Castro Pacheco y Alonso Gutiérrez.
Señaló que él lleva en este movimiento 20 años, tiempo en el que ha pintado 15 murales, aunque también fue artista de caballete.
Explicó que los bocetos que expondrá fueron los inicios de algunos de sus murales. “Son 45 y se realizó una curaduría, ya que se tuvieron más de 100”.
Las monumentales obras que ha realizado figuran el del Instituto Tecnológico de Mérida, la Universidad Tecnológica Metropolitana, la Facultad de Contaduría y Administración, Universidad Interamericana para el Desarrollo, en Acanceh, en la Casa de Cultura de Tizimín, en Sucilá, entre otros.
Señaló que el del Tecnológico de Mérida mide 22×6 metros y le llevó realizarlo como seis meses. “Me gusta llegar temprano para ganarle al sol, se trabaja de lunes a viernes”.
El originario de Buctzotz recordó que en una ocasión cuando pintaba un mural llegó una persona y aventó frascos de pintura, que él no lo tomó a mal ya que terminó siendo parte de la obra.
Dijo que el mural más difícil que ha elaborado es el que le realizó a Carlos Acereto, “fue el primero que realicé hace 20 años y tenía mucha indumentaria”.
Acereto es un maestro de ballet folclórico, que tiene un centro cultural y un teatro que lleva su nombre y está ubicado por el barrio del Chembech.
El artista dijo que es un teórico del color para el los verdes son las sombras del campo, la lluvia; el violeta es la tierra, el naranja el dinamismo, “sólo hay que buscar que los colores no se emanen entre sí”.
Explicó que sus temáticas son el hombre y su trabajo del campo, la mujer que amamanta a sus hijos, los niños corriendo en el campo y también la figura humana, “aunque esto es más difícil, es más fácil estar pintando paisajes”.
Señaló que para realizar el mural le explica al que lo contrata que es lo que quiere y así van realizando los bocetos y se modifican, “cada trazo tiene que ser emotivo, hay que entregarse”.
La exposición será inaugurada hoy a las 11:30 horas, en el teatro Felipe Carrillo Puerto de la Máxima Casa de Estudios y estará hasta el 30 de este mes.
Texto y foto: Darwin Ail