El Museo del Ferrocarril volvió a abrir sus puertas en el Gran Parque de La Plancha, solo que ahora los trenes cuentan con una estación más amplia y con varias salas en una de las cuales hay un simulador, además de mostrarse los diferentes modelos que han existido, así como una cafetería y una tienda de recuerdos.
El museo se trasladó atrás de la zona de restaurantes y el área de mascotas del parque, y ahora cuenta con más espacio, ya que anteriormente solo tenía las locomotoras y otras piezas del tren.
En el lugar, los visitantes tienen un panorama más amplio de cómo ha evolucionado el tren, ya que se muestra desde cuándo fue de vapor y hasta en la actualidad como el caso del Tren Maya.
Las salas están rodeadas por vagones, en donde uno es una cafetería, otro una tienda para comprar souvenirs y en el restante se muestran los camarotes, que tenían asientos acojinados, mesa y un quinqué. Estos eran para viajes largos como a la Ciudad de México donde los pasajeros tardaban más de dos días en llegar.
Luego, en una de las cinco salas, se exhibe la historia de algunas de las rutas de este medio de transporte. También se da una explicación del motor de vapor de James Watt que consiste en que la máquina realiza un ciclo continuo de calentamiento y enfriamiento del agua para obtener vapor y líquido.
El vapor se expande, el líquido se contrae una y otra vez para accionar el engranaje y provocan la fuerza y movimiento. La gran innovación del motor de Walt fue que. gracias a su cámara de condensación externa, realizó este ciclo en dos cavidades por separado, y así evitó la pérdida de energía y potencia que su rudimentario antecesor provocaba al calentar y enfriar en un solo cilindro.
En otra sala explican que este tren alcanzó su auge por el cultivo del henequén. Para dar un sello variado enseñan a la gente la historia del dios Zamná. Para esta explicación proyectan imágenes movibles.
El museo también cuenta con un simulador en donde las y los visitantes podrán participar en aventuras narradas por el holograma de un ferrocarrilero mientras están a bordo del vagón de segunda clase llamado Mary Lee, en donde se les contará historias como el escape de Felipe Carrillo Puerto y su persecución, entre otras.
Finalmente, en la última sala, las paredes son pantallas donde se detalla la importancia de los trenes en la actualidad, como el caso del Tren Maya, que pasa por 41 municipios de los estados de Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Chiapas y Yucatán.
Los precios para entrar al museo son: 120 pesos para extranjeros, $80 para los turistas nacionales y $40 para los locales. El horario es de martes a domingo de 10 de la mañana a 17 horas.
Texto y fotos: Darwin Ail