Progreso.– La actual administración municipal se ha visto afectada y se le acusó de derroche de recursos públicos.
Protestas ciudadanas, omisiones y desatención a las necesidades de los más de 60 mil habitantes es lo que trajo tensión al gobierno municipal, que si bien cuenta con el reconocimiento de algunos ciudadanos, lleva a cuestas la cruz del odio, el desprecio y el rencor de las familias progreseñas.
Los regidores turquesa han sido cómplices del alcalde José Cortés, al aprobar sus caprichos por mayoría de votos, aun cuando otro grupo de ediles se opusieron a varios acuerdos, al considerar que poco o nada benefician a los gobernados.
Cortés Góngora llegó como el “mesías” que salvaría a su pueblo, pero al transcurso de los poco más de dos años, se ha convertido en una especie de “verdugo” para los sectores más vulnerables, los olvidados, los desprotegidos, que claman en las zonas más necesitadas atención, mientras los funcionarios hacen dispendios, con sueldos excesivos.
También su gobierno se ha visto empañado por casos de nepotismo entre varios de sus regidores y directores, como el caso de la secretaria de la Comuna, Carmen Villanueva, quien puso en el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Progreso (Smapap) a su esposo, mismo que no “da golpe” en esa dependencia; además, colocó a sus hijas y nietas,
Otro caso es el del director de Desarrollo Social, Manuel Povedano, quien colocó en nómina a su hijo Manuel Jr., tanto en Desarrollo Social y en la Policía, lugar donde su padre también trabaja como parte del Departamento Jurídico.
También destacan los casos de Teresa Uribe, quien acomodó a su hermana Susana; el regidor Enrique Pool Vásquez, quien puso su hijo en la nómina; la tesorera Anahí Larriva metió a su prima Patricia Várguez González en la policía por medio de Arturo Nuñez, regidor de seguridad, éste tiene en la Casa del Adulto Mayor a su hermana, la profesora Dianela Nuñez Castro.
También algunas lideresas, afines a Nueva Alianza, han aprovechado para meter a su parentela, como Canda Cuz, quien tiene a dos hijos, uno en el catastro y otro en Obras Públicas; y Socorro Flores, que conectó a sus hijas en el Departamento de Pesca y Agricultura y en Contraloría.
Texto y foto: José Luis Chavarría