Los niños, sobre todo a muy corta edad, necesitan un mayor número de horas de sueño que los adultos. Tal es así que, con objeto de garantizar un descanso adecuado, los menores deben seguir obligatoriamente una rutina de sueño, caso de irse a la cama siempre a la misma hora. Y cuanto antes, mejor. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus (EE.UU.) muestra que los niños pequeños que se acuestan tarde son más proclives a ser obesos al llegar a la adolescencia, incrementán- dose así su riesgo de padecer enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes e, incluso, el cáncer.
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «The Journal of Pediatrics», muestra que los niños en edad preescolar que se van a la cama antes de las ocho de la tarde tienen un riesgo mucho menor de desarrollar obesidad en la adolescencia. Y asimismo, que aquellos menores de corta edad que se acuestan más tarde de las nueve tienen más del doble de probabilidad de convertirse en adolescentes obesos.
En este contexto, debe recordarse que un estudio previo ya había demostrado que los niños que se acuestan tarde tienen un riesgo mayor de padecer obesidad al cabo de cinco años.
Los infantes que se van a la cama antes de las ocho de la noche tiene un riego menor de desarrollar sobrepeso.
Sin embargo, la nueva investigación va más allá: alerta de que este aumento del riesgo empieza ya en la fase preescolar y, además, que dicho incremento se mantiene durante más tiempo, cuando menos durante una década.
En de nitiva, los resultados aportan una nueva evidencia sobre la necesidad de que los niños se acuesten temprano.-Agencias