Casi cinco décadas después de la creación del Plan de Acción del Agua de Naciones Unidas, unos 2,220 millones de personas carecen de acceso al abastecimiento de agua potable segura
Casi cinco décadas después de la creación del Plan de Acción del Agua de Naciones Unidas, unos 2,220 millones de personas carecen de acceso al abastecimiento de agua potable segura a pesar de ser el sexto objetivo de desarrollo sostenible (ODS) y más del 70 % de la población mundial vive actualmente en lugares con inseguridad hídrica.
En el marco del Día Mundial del Agua, cuyo lema este año es “Agua para la paz”, datos del Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef señalan además que 771 millones de personas no pueden acceder ni siquiera a servicios básicos de agua potable segura y unos 3,500 millones de personas carecen de servicios de saneamientos seguros.
El estrés hídrico, acelerado por los impactos del cambio climático -que son cada vez más frecuentes e intensos-, está afectando a diferentes zonas del planeta y podría crear conflictos entre países, incluidos los europeos, como ha advertido la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), en un informe reciente en el que recoge que Europa es el continente que sufre el calentamiento más acelerado.
El informe European Climate Risk Assessment (EUCRA) de la AEMA advierte, asimismo, que los impactos del clima amenazan la seguridad energética y alimentaria, la salud de las personas, los ecosistemas, las infraestructuras y la estabilidad financiera y que muchos de estos riesgos ya han alcanzado niveles críticos, como la escasez de agua que puede desatar “conflictos” en territorio de la Unión Europea (UE).
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y el comisario europeo de Medioambiente, Virginijus Sinkevicius, señalaron este jueves que “no puede haber paz sin acceso universal al agua”.
Porque más de 3,000 millones de personas dependen del agua que atraviesa fronteras comunes, y existen 468 sistemas acuíferos transfronterizos, sin embargo, solo 24 países han firmado acuerdos de cooperación para los recursos hídricos que comparten, según Naciones Unidas.
En la frontera entre España y Portugal, desde suelo portugués hay voces que reclaman el aumento del caudal del río Tajo desde el lado español, porque, aparte de los impactos del calentamiento global, la retención del volumen de agua está provocando la afectación para determinadas actividades, sobre todo turísticas, aguas abajo tras cruzar la frontera común.
Además, la puesta en marcha en Etiopía de la primera turbina de once contempladas para la generación de energía tras la construcción de la Gran Presa del Renacimiento ha levantado las protestas de Egipto y Sudán que temen que afecte al caudal del río Nilo que pasa por sus territorios en su largo recorrido.
La situación del agua tiene a los investigadores en una búsqueda incesante de soluciones para el ahorro y la provisión del recurso, soluciones que pasan por la reutilización y la desalinización del agua marina, según expertos, así como la concienciación de que el recurso es finito.
Texto y foto: EFE