De acuerdo con el coordinador de la Unorca en el Estado, Pablo Duarte, Yucatán no tiene capacidad para dar trabajo en el campo a los migrantes deportados. Consideró que se debe de preparar un plan por parte del gobierno en el que se den todas las facilidades y también la capacitación necesaria para estar en condiciones de producir alimentos.
“Ninguno de los gobiernos que ha tenido Yucatán se ha preocupado por generar condiciones para que el pueblo en sí tenga trabajo en el campo, hoy los campesinos se encuentran en la ciudad empleados en servicios”, comentó.
En ese sentido, dijo que se requiere que este gobierno tenga un plan de desarrollo agropecuario que vaya generando inversión para la producción, y también en infraestructura a fin de dar cabida a los trabajadores del campo y no solo los que vienen, sino a los que ya están en Yucatán.
“La producción está por los suelos, no hay condiciones para producir alimentos en Yucatán porque todo es de temporal, necesitamos infraestructura de riego para pequeñas unidades en las que trabajen cuatro o cinco o 10 personas”, detalló.
Y aunque está abierta la posibilidad de que migrantes que cuentan con recursos puedan invertir para producir, recalcó que es necesario contar con la participación del Estado para poder recibir asesoría que les permita enfrentar al mercado.
“Es necesario que conozcan el mercado local nacional y extranjero, pero sobre todo, que cuenten con el apoyo del gobierno”, subrayó el también presidente colegiado de la Unión Nacional del trabajadores, quien destacó que en la actualidad mientras las grandes empresas exportan desde Yucatán carne de pollo y cerdo, se está importando también este tipo de alimentos que llegan principalmente a los supermercados
Recalcó que la inversión pública es necesaria para la producción de alimentos y para esto se requiere de un proyecto integral que contemple inversión para producir semillas y contar con un banco para producir fertilizantes locales, pero también contar con financiamiento barato y directo para los productores.
Texto y foto: Manuel Pool