Para un cuarteto de antorchistas de Mayapán, que por primera vez llega al ahora decretado Santuario Guadalupano, ubicado en el barrio de San Cristóbal, no pudo significar un mejor debut, ya que el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, realizó este nombramiento.
Uno de los integrantes, José Ignacio Ek Pool, señaló que él lleva seis años de realizar esta promesa y que la hace para tener salud.
Ayer también entró el gremio de Kinchil, quien llegó con el Cristo Negro del Amor, que salió de la Iglesia de Nuestra Señora del Tránsito de Mejorada.
La entrada del gremio marcó el arranque de los festejos, que luego continuó con el nombramiento y la llegada de antorchistas que hoy y mañana se intensificarán.
El arzobispo indicó que durante este tiempo de Adviento concurren algunas fiestas marianas, que de ninguna manera distraen nuestra celebración en la espera del Señor.
De hecho, nadie mejor que María esperó al Señor en el pueblo judío. Por algo la eligió el Señor para semejante misión. Además, María también fue esperada junto al Mesías, según aparece en las profecías: “Pondré enemistad entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y su descendencia” (Gn 3, 15); “He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo” (Is 7, 14); “Él nos abandonará hasta que dé a luz la que ha de dar a luz” (Mi 5, 3). Los nueve meses de su embarazo significan el mejor y más grande adviento de la historia.
Recordó que el pasado viernes ocho de diciembre, se celebró la Inmaculada Concepción de María, llamada en otros lugares la Purísima Concepción de María.
“Esta fiesta enseña la fe del Pueblo de Dios, que sabe que fue María preservada de la mancha del pecado original, en vista a los méritos de Cristo en la Cruz, como preparación para ser ese ‘Vaso de elección’, esa ‘Arca de la Alianza’ que es María santísima”, indicó.
Explicó que el 12 de diciembre de 1531, la Virgen en el Tepeyac, vino a consolidar la obra evangelizadora en México, y luego en cada país de América. Después de las apariciones, en pocos años vinieron hasta diez millones de indígenas de todo el centro de México a recibir el santo Bautismo.
Agregó que, en el año 656, durante el concilio de Toledo, se instituyó en España la fiesta de “Ntra. Sra. de la Expectación del Parto y Virgen de la esperanza”, el 18 de diciembre, fiesta que todavía en la actualidad celebran muchos pueblos en México y en toda Latinoamérica.
Texto y foto: Darwin Ail