Macron celebra la victoria del “no” como una muestra de confianza en la república gala, en su futuro y en sus valores
EL 56.4% de los electores de Nueva Caledonia, según los resultados definitivos, rechazó ayer la independencia de este enclave francés en Oceanía en un referéndum marcado por la alta participación, el 80%, la ausencia de incidentes importantes y el avance de las tesis separatistas, muy superiores a lo que auguraban los sondeos.
La consulta, que había sido acordada hace 30 años, cuando el territorio estaba amenazado por una guerra civil entre los autóctonos canacos y los colonos, marcó una etapa importante de uno de los territorios de ultramar más prósperos de Francia, gracias en buena medida a sus importantes reservas de níquel.
Para los independentistas, la derrota no significa el final de su proyecto, pues los acuerdos de Noumea, firmados en 1998, prevén la celebración de otros dos referendos en los cuatro próximos años. El presidente francés, Emmanuel Macron, que se había mantenido al margen de la campaña, mostró nada más conocer los resultados su “orgullo” por el escrutinio que interpretó como “una muestra de confianza en Francia, en su futuro y en sus valores”.
Consideró que “el diálogo es el único camino posible” entre las dos grandes sensibilidades y recordó que para animarlo el primer ministro, Édouard Philippe, llegará hoy a Noumea, capital del archipiélago, para reunirse con los diferentes líderes políticos.
Macron aseguró que en este referéndum los únicos derrotados fueron “la división y el miedo”, frente a “la paz y el espíritu de diálogo y responsabilidad de todos”, que se tradujo, a su juicio, en una “participación excepcional”.
Texto y foto: Agencias