Nuevo objetivo climático: reducir las emisiones un 66% para 2035

Ese país acelera la transición a una economía de energía limpia y sepultar los combustibles fósiles

La Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se marcó un nuevo objetivo climático al comprometerse a reducir las emisiones entre un 61% y un 66% para 2035, lo que supone un incremento de cerca de diez puntos porcentuales del que se habían marcado para 2030.

El Gobierno se ha fijado una nueva meta para el país, cuando a Biden le queda cerca de un mes para ser relevado en ele cargo por el republicano Donald Trump, quien niega la existencia del cambio climático.

“Estados Unidos continúa acelerando la transición a una economía de energía limpia, el presidente Biden anuncia un nuevo objetivo climático para Estados Unidos: una reducción del 61 al 66 por ciento en 2035 con respecto a los niveles de 2005 en las emisiones netas de gases de efecto invernadero de toda la economía”, declaró la Casa Blanca en un comunicado.

El Ejecutivo afirmó que este anuncio va en consonancia con los Acuerdos de París de 2015 y que su objetivo es lograr “una trayectoria más empinada para alcanzar emisiones netas de gases de efecto invernadero cero, en toda la economía, a más tardar en 2050”.

Este nuevo objetivo hace referencia a la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, en inglés), exigida por el Acuerdo de París sobre el clima, un objetivo para todas la economías y todos los gases de efecto invernadero que ahora EE.UU. pretende reducir para 2035 por debajo de los niveles de 2005.

Según explicó la Climate Action Campaign (CAC), una coalición de organizaciones a favor de la lucha contra el cambio climático, gracias al presidente Biden “Estados Unidos es el líder mundial en ambición climática”.

“La NDC de 2035 se basa en el legado histórico de esta administración en materia de clima, desde la Ley de Reducción de la Inflación, hasta la promulgación de numerosas y sólidas Soluciones para la Contaminación que están reduciendo la contaminación climática y atmosférica”, declaró la directora de CAC, Margie Alt.

“Nuestro clima no puede esperar”, añadió. “Debemos asegurarnos de que Estados Unidos sigue trabajando enérgicamente para cumplir estos objetivos e impulsar nuestro futuro de energía limpia”.

Asimismo, reafirmaron en la necesidad de llevar a cabo una transición global para abandonar los combustibles fósiles, la principal fuente de contaminación que daña el clima.

Por otra parte, las emisiones de gases de efecto invernadero en España descendieron el año pasado un 7.6% con respecto a 2022 y suponen una reducción de un 38,1% respecto a 2005 y de un 5,8% desde 1990.

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, desveló esas cifras este jueves en un acto en Madrid, donde se presentaron los datos definitivos de la última edición del Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero a la Atmósfera, que el Gobierno elevará a la Comisión Europea durante el primer trimestre de 2025.

Aagesen añadió que 2023 registró “las emisiones brutas más bajas” desde 1990 (con 270 millones de toneladas de CO2 equivalente) exceptuando 2020, año en que estalló la pandemia de la covid-19.

Esta reducción de las emisiones se produjo en un año con un crecimiento económico, puesto que el PIB nacional creció un 2,7% en 2023 con respecto a 2022. “España es un referente internacional en esos crecimientos, pero, sobre todo, nos alejamos de ese eslogan de que luchar contra el cambio climático es estar en contra de nuestra sociedad, de nuestras oportunidades y nuestras economías”, comentó, antes de sentenciar que “es posible desacoplar el crecimiento, es decir, se pueden reducir las emisiones y crecer económicamente”.

EFECTO DEL TRANSPORTE

Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del departamento dirigido por Aagesen, recalcó que el transporte tuvo el mayor peso de las emisiones de gases de efecto invernadero (un 32,5% del total), por delante de la industria (18,6%); la agricultura y la ganadería (12,2%); la generación de electricidad (11,4%); el consumo de combustibles en los sectores residencial, comercial e institucional (8,5%), y la gestión de residuos (5,1%).

No obstante, las emisiones del transporte bajaron por primera vez en una década (-3% respecto a 2022) y las de gases fluorados disminuyeron un 26,6% y alcanzaron su nivel más bajo desde 1993.

Texto y fotos: EFE / Agencias