Mediante un comunicado, el Instituto Mexicano del Seguro Social avisó a los derechohabientes que a partir de este 16 de julio es obligatorio registrar a las personas trabajadoras del hogar que labore en sus domicilios.
En este sentido, explicamos que la persona trabajadora del hogar es aquella que presta un servicio de manera remunerada, realizando actividades de cuidados, aseo, asistencia o cualquier otra actividad inherente al hogar.
El instituto diseñó un proceso específico para que todas las personas empleadoras puedan realizar el trámite desde la comodidad de su hogar con el fin de que estos cumplan con la obligación de registro de la persona trabajadora.
El sistema de registro considera las distintas características de las personas trabajadoras del hogar, es decir, si laboran tiempo completo, pernoctan, o son de entrada por salida; por lo que la cuota a pagar será proporcional al salario y los días que laboran.
Con su aseguramiento, se protege tanto a las personas trabajadoras del hogar como a su familia (esposo, esposa, concubina, concubinario, hijos y padres), ya que gozarán de todas las prestaciones relacionadas con la seguridad social, es decir, atención médica, farmacéutica y hospitalaria; incapacidades, acceso a guarderías y ahorro para el retiro.
Al mantener aseguradas a las personas trabajadoras del hogar, usted cumple con la ley y ellas acceden a los beneficios de la seguridad.
Para mayor información señalaron que se puede acceder a la liga www.imss.gob.mx/personas-trabajadoras-hogar o bien comunicarse al 800 623 2323, opción 0. El horario de atención es de lunes a viernes de 8:00 a 20:00 horas; sábados, domingos y días festivos de 8:00 a 14:00 horas.
datos a destacar
Es importante tener en cuenta que, al ser una obligación legal, su omisión implica sanciones que pueden llegar a afectar el patrimonio de su familia.
La persona trabajadora del hogar es aquella que presta un servicio de manera remunerada, realizando actividades de cuidados, aseo, asistencia o cualquier otra actividad inherente al hogar.
Texto y fotos: Andrea Segura