Ofrenda en Palacio Nacional para las Heroínas de la Patria

La Presidencia de la República reconoce a las mujeres que, durante décadas, lucharon por sus derechos sociales; mexicanos recuerdan a sus seres fallecidos

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, detalló que la ofrenda de Día de Muertos instalada en Palacio Nacional este año está dedicada a las heroínas de la patria, tanto anónimas como conocidas. Entre ellas figuran figuras históricas como Rita Cetina, Laureana Wright González, Hermila Galindo Acosta y Elvia Carrillo Puerto, mujeres que contribuyeron a construir el México de hoy.

“Les presento la ofrenda que pusimos ahora en Palacio Nacional. Nos ayudaron artesanas y artesanos; fue realizada por la Secretaría de Cultura y está dedicada a las heroínas de la patria”, compartió Sheinbaum a través de sus redes sociales.

La mandataria subrayó la importancia de las mujeres que, durante décadas, se movilizaron por todo el país para luchar por sus derechos políticos, sociales y económicos. La ciudadanía plena y el reconocimiento de sus derechos fueron algunas de sus banderas principales.

Frente a la ofrenda, Sheinbaum mencionó a varias heroínas que, pese a sus logros, no siempre han sido reconocidas. Entre ellas destacó a:

“Está dedicada a estas grandes mujeres que hicieron a nuestro país”, afirmó Sheinbaum, visiblemente conmovida. Asimismo, añadió que el Día de Muertos es una tradición esencial del pueblo de México, un día para recordar a los seres queridos que se adelantaron, pero también a las mujeres que contribuyeron a la construcción de la patria.

Celebraciones en todo el país

Por otra parte, el Día de Muertos es una de las celebraciones más ricas de México y una de las caras que nuestro país presenta al mundo.

 Con puntos clave como las ofrendas —conocidas también como altares, en algunas regiones— los mexicanos recuerdan a sus seres queridos fallecidos y esperan el retorno de su alma al que fuera su hogar, para convivir y comer juntos una vez más.

    Ofrendar, en el Día de Muertos, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino. Ofrendar es estar cerca de nuestros muertos para dialogar con su recuerdo, con su vida. La ofrenda es el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria”, indicó en su sitio web el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.

    A lo largo del país, las ofrendas cuentan con elementos siempre presentes: las veladoras, las flores, sobre todo cempasúchil, comida como la fruta, el agua y la sal. Sin embargo, en cada estado existen singularidades y elementos únicos para recordar a los queridos difuntos.

Por ejemplo, en casi todo el país la comida que se sirve a los muertos permanece en el altar durante los días de la celebración; sin embargo, en la región de la Huasteca es común que a los difuntos se les ofrende al menos tres veces al día, desayuno, comida y merienda.

Mientras que en otras regiones de México, como Michoacán y pueblos de la Ciudad de México, la celebración no es dentro de las casas, sino en los panteones. Así, la ofrenda y la convivencia con los muertos se da en su última morada, las tumbas.

Chiapas

Cada Todos Santos, los indígenas tsotsil de Tres Cruces ponen una puerta de madera a las tumbas del cementerio para que las almas salgan del inframundo y regresen al amanecer mañana. Desde la noche del 31 de octubre, los indígenas se van al panteón.

Desde las veredas se ve la romería, todos cargando la flor de cempasúchil o flor de muerto, la flor de seda, la juncia, el copal, el estoraque e incienso, para adornar la tumba de sus seres queridos y permanecer toda la noche, entre danzas y rezos. Otros a bordo de sus vehículos llegan a Tres Cruces.

La creencia es que las almas salen a visitar a los vivos. Para eso es la puerta para que cada uno encuentre el camino de salida y de retorno. Durante los tres días de celebración las puertas permanecen abiertas, el cierre es simbólico y con ello la larga espera de 365 días posteriores.

Esta tradición destaca en El Romerillo, una comunidad de San Juan Chamula, que, al igual que muchas de esa demarcación, celebra a sus muertos y les ayuda a salir del inframundo.

Texto y foto: Agencias