Pablo Hermoso se entrega en su adiós en la Mérida, pero Cronos no perdona

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza demostró que por corazón él podría seguir en los ruedos, pero “Cronos” no perdona y en su despedida en la Plaza de Toros Mérida, Diego San Román salió triunfador al cortar dos orejas.

“Estoy muy emocionado, le hice de todo, me hubiese gustado estar más acertado, pero así es esto, lo importante es que das todo”, señaló.

“En el segundo hice una faena importante, de más redondas que he podido hacer en Mérida, lo pinché, pero encontré hueso y se arruinó”, precisó.

El ibérico señaló que la Fiesta Brava le ha dado todo, ha volcado en esto y lo seguirá haciendo, pero viene su hijo que le permitirá seguir viviendo la adrenalina al máximo, quizás participe en una corrida de una cosa benéfica para sentirse vivo en esta profesión.

Indicó que México ha sido su segunda patria, ha pasado de los últimos 24 años, la mitad del año aquí lo paso, me deja mucha hermandad, cuando le preguntan de dónde es, pues ya no sé que decir soy de España y México.

Agradeció a la afición yucateca, “es una plaza ejemplar, que sigan defendiendo a la Fiesta Brava, que la sigan llevando con rigor, que no la dejen morir, que es nuestra cultura, herencia y manera de expresarnos”.

Cabe recordar que, antitaurinos, sumado a que algunos propietarios de cosos quieren venderlos para convertirlos en otros giros,  generan que cada vez cierren más.

Diego San Román fue el triunfador con dos orejas, en donde luego del segundo toro de Hermoso de Mendoza, los bureles salieron malos y donde uno tuvo que ser devuelto.

El centauro abrió el festejo, con “Manzanero”, quien hizo buena faena, a secas, en su despedida de la Plaza de Toros Mérida.

El toro, aunque embistió al inicio, después de quedó parado, y más al final de la faena, para llevarse las palmas.

En el festejo también estuvieron Arturo Gilio y Diego San Román. La corrida comenzó a las 16:30 horas, ante un lleno en el Coso de Reforma.

El primer burel de Hermoso de Mendoza murió descabellado, luego de que no cayó con el rejón de muerte y el español se llevó algunas palmas. El navarro montó tres caballos en su faena.

Por su parte, San Román hizo una gran faena con la muleta a “Victorino”, su primero de la tarde, y se quedó con las dos orejas, apenas en el segundo toro de la primera corrida de la temporada en la plaza.

Mostró valor y agradó al graderío pues con la muleta hizo lo que quiso y le quitó el protagonismo a Pablo Hermoso, quien fue el que llevó la gente a la plaza.

Luego de dos tercios regulares, incluso con revolcón al picador, San Román se echó a la bolsa a la gente, quien presionó por los dos apéndices al morir el animal.

Por su parte, Arturo Gilio fue zarandeado por “Dr. Luis”, su primero de la tarde, pero se recuperó y mató con una estocada caída.

Texto y fotos: Darwin Ail