Padres deben estar alerta para detectar a tiempo depresión infantil

Irritabilidad, tristeza, llanto e impacto en su desempeño ya sea en la escuela, con amigos y su familia, son algunos síntomas que presentan los niños que tienen depresión infantil, aseguró la especialista de los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud, Carmen Torres.

Ese padecimiento tiene una prevalencia de dos a cinco por ciento y puede presentarse en pequeños desde los tres años de edad hasta la adolescencia y la adultez.

Por tanto, destacó la importancia de no pensar que solo quieren llamar la atención, sino que son focos de alerta, una manera de pedir ayuda y de requerir la atención de los padres.

La paidosiquiatra precisó que la sintomatología en un menor con depresión es practicarse cortadas en el cuerpo, no jugar ni reír, cambios en el apetito y en el estado de ánimo, en algunos casos ideas de minusvalía y sentirse menos que los demás, inútiles o culpables por algo, así como tener constantes peleas en la escuela.

También pueden expresar deseos de morir con frases como “ya no quiero estar aquí”, “para qué vivo aquí” o incluso, tener algún intento suicida, especificó.

Ante esta situación, la especialista consideró que no se debe pasar por alto y que lo más importante para prevenir este padecimiento es tener una buena comunicación entre padres e hijos y mantenerlos en observación constante.

Torres indicó que para prevenir cualquier reacción que afecte al propio niño, se deben tratar las causas a fondo, que pueden ser desde que los padres también están en depresión, violencia en casa, aunque ésta no siempre signifique golpes sino menospreciar al hijo.

Otro factor de riesgo es la violencia de pareja, donde hay golpes, insultos, humillaciones que afectan el estado de ánimo del pequeño, por eso es importante el respeto entre los padres, resaltó.

También, afirmó que afecta el acoso escolar, donde el niño tiene problemas para establecer amistades o ya es víctima de otros menores.

La experta consideró que ver al menor dedicar el mayor tiempo posible a hablar por teléfono celular o jugar con dispositivos electrónicos, impide la convivencia con los padres, por tanto, éstos no perciban sus cambios de ánimo o de conducta.

La doctora Torres hizo ver la importancia de que en cuanto se observe algún síntoma de alerta, se debe acudir con un psicólogo o especialista en el tema, para que lo ayude con algún tratamiento a reintegrarse a su vida habitual.

Entre las principales causas de depresión infantil está el hecho de que el niño no se siente querido por su familia y esto lo generaliza a los demás. En algunos casos esta sensación responde a un sentimiento real (por ejemplo, los padres expresan que no cumple sus expectativas), mientras que en otras no es así, a pesar de que el pequeño así lo entienda.

Por otro lado, las explicaciones que da el niño a lo que le ocurre son fundamentales a la hora de hablar de los factores determinantes de este trastorno. Así por ejemplo, un niño que considera que lo que le ocurre no depende de él entra en un bucle de indefensión que probablemente le conduzca a la tristeza y desesperanza.

Como es de imaginar, las consecuencias de la depresión no se harán esperar. La repercusión de los síntomas de la depresión se apreciará enseguida en el área escolar debido al bajo rendimiento académico del afectado.

Por otro lado, las relaciones sociales y familiares de los pequeños se verán alteradas por su inestabilidad emocional y su posible tendencia al aislamiento. Todo ello desemboca en un retraso en el desarrollo intelectual y social del menor.

Al igual que en el caso de la depresión adulta, el tratamiento de la depresión infantil debe ser individualizado, adaptándolo al niño y a su fase de desarrollo, y teniendo en cuenta su funcionamiento cognitivo, maduración afectiva y su capacidad de mantener la atención. Resultará indispensable que en el tratamiento se involucre a los padres, interviniendo en el entorno del niño (familiar, social y escolar).

El tratamiento de la depresión infantil podrá ser sólo de índole psicológica, o combinado con fármacos prescritos por el médico especialista.

Desde el punto de vista psicoterapéutico se incluyen técnicas cognitivo-conductuales con las que se le ayuda a detectar y modificar sus distorsiones acerca de cómo interpreta ciertos acontecimientos (por ejemplo, cómo puede entender una crítica de sus padres o de sus amigos, cómo juzga su comportamiento, etcétera).

A nivel conductual se le debe enseñar también a manejar adecuadamente sus emociones (por ejemplo, cómo decir que no en lugar de ceder a todo lo que quieren sus amigos).– Agencias

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