“París a la vista”

Mary Carmen Rosado Mota

@mary_rosmot

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Estamos a tres semanas de que inicien los Juegos Olímpicos de París, donde seguramente conocemos las historias de grandes exponentes de diversos países a quienes el deporte les cambió la vida y, aunque lo hemos escuchado muchas veces antes, la realidad es que sí, el deporte nos brinda la maravillosa posibilidad de cambiar más de una vida. 

Rebeca Rodrigues de Andrade nació en mayo de 1999 en la localidad de Guarulhos perteneciente a Sao Paolo en Brasil; a pesar de tener un entorno familiar complicado por dificultades económicas el deporte público le dio una oportunidad de esparcimiento y así fue como a los ocho años ya era parte de la selección de alto rendimiento, pero la vida deportiva nunca fue fácil para Rebeca. No lo fue cuando era una niña y tenía que ir de la favela hasta el gimnasio caminando en algunas ocasiones hasta por dos horas; tampoco lo fue cuando se mudaba a vivir por temporadas a casa de sus entrenadores para estar más cerca del lugar de entrenamiento, pero lejos de su familia, aunque siempre tuvo apoyo de su parte para cumplir sus sueños.

Rebeca Andrade, como se le conoce, ha sorteado diferentes obstáculos en su vida deportiva, entre ellos se encuentran sus múltiples cirugías de rodilla, un año antes de los Juegos de Río 2016 y también antes de Tokio 2020. Sin embargo, los últimos Juegos Olímpicos la prepararon para tomar su lugar en la historia del deporte al convertirse en la primera gimnasta brasileña en ganar una medalla olímpica, fue de plata en el all-around y unos días después se convirtió en la primera campeona olímpica al conseguir el oro en la prueba de salto. Unos años después repitió su hazaña para ser la primera en conseguir la medalla de oro en el All-around en el Campeonato Mundial de Gimnasia. 

Siempre sonriente y orgullosa de sus raíces, las cuales suele celebrar durante su rutina de suelo al ritmo del funky brasileño, hace unos meses se unió a las atletas homenajeadas por una marca de muñecas con su propio diseño que inspirará a otras niñas y jóvenes de Brasil y alrededor del mundo entero. Con su traje verdemarela y las siglas de su país a un costado ha sido inmortalizada como un amplio reconocimiento a las dificultades que ha sorteado, principalmente, por esa tenacidad de nunca darse por vencida, por más dificil que parezca. 

Del 28 al 31 de julio estará disputando las finales por equipos e individual de París 2024 y ha sido honesta ante los cuestionamientos sobre si logrará refrendar tanto sus títulos olímpicos como mundiales, ante el regreso de la gimnasta estadounidense Simone Biles, a lo que Rebeca ha manifestado que no tiene a sus compañeras en la mente, ni a Biles, ni a otra, solo a ella misma y su único objetivo es dar su mejor actuación en cada una de las pruebas en las que estará presente.

Valiente, talentosa y agradecida, Rebeca Andrade es el claro ejemplo de que no es la vida quien da revanchas, somos nosotras mismas quienes a base de esfuerzo, sacrificios y disciplina construimos esas oportunidades, y con París a la vista esta gimnasta brasileña está lista para crear sus nuevas revanchas.