Paso a paso cada día

Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
latribunaesnuestra@gmail.com

Sabemos que cuando algún integrante de la familia practica una disciplina deportiva, en algunas ocasiones, esto influye en los demás miembros para acercarse al deporte, sobre todo cuando se trata de los padres o madres. Pero cuando, además, se tiene como precedente a un familiar con trayectoria olímpica, puede ejercer una presión adicional casi obligatoria para triunfar. Aunque ese no es el caso de esta historia.

Iga Swiatek nació el 31 de mayo del 2001 en Polonia, desde pequeña su familia procuró que integrara un deporte en su vida, al igual que su hermana, probaron por diferentes disciplinas antes de que fuera justamente el tenis la elección de ambas. Pero las lesiones y padecimientos de salud hicieron que fuera solo Iga quien construyera una prometedora carrera en el circuito profesional que hoy, más que una promesa es una realidad.

Tras un buen recorrido en el circuito junior llegó el momento de probarse en el máximo nivel del tenis femenil, la WTA, fue a penas en el 2019 cuando lograría clasificar a su primer Grand Slam, el Abierto de Australia, del cual quedó eliminada apenas en la segunda ronda. Pero después vino una pandemia y el tenis también tuvo una pausa, y las competiciones disminuyeron. Momento para seguir preparándose en lo físico y mental.

Aunque algunos torneos no se realizaron durante el 2020, el Roland Garros sí se celebró en París y sería en el polvo de arcilla que cambiaría la vida de esta entusiasta tenista. En sets seguidos y de manera contundente derrotó en la final a la estadounidense Sofia Kenin para establecer varios récords. Por una parte Iga se convertía en la tenista de menor ranking, era la número 54 del mundo en ese momento, en ganar el Roland Garros, además de ser con 19 años la más joven en llevarse este trofeo desde que Rafael Nadal lo hiciera en el 2005. Pero principalmente era la primera vez que una tenista, hombre o mujer, de Polonia ganaba un Grand Slam individual.

No era de extrañarse que después de este inmenso logro la presión para repetirlo fuera en aumento, pero si hay algo que sabe esta joven deportista es que debemos cuidar siempre nuestra salud mental. Nunca ha escondido el trabajo que realiza con su psicóloga deportiva, pero también ha donado a asociaciones que promueven la importancia de cuidar la mente, más cuando en abril de este año alcanzó el número 1 del ranking mundial, siendo la primera polaca en reinar el circuito de tenis.

Este fin de semana volvió al lugar donde cambió la relación con su deporte, y en un partido de ensueño ganó por segunda ocasión el Roland Garros. En una demostración de madurez deportiva pero más que eso, una madurez personal que permite a una joven de 21 años adentrarse en el camino que ella misma decide seguir conquistando.

Como publicó en sus redes sociales tras resultar campeona, el proceso no es fácil en esta disciplina, pero debemos centrarnos solo en aquello que podemos controlar, que es nuestro trabajo y compromiso. Porque es paso a paso, un día a la vez, en que logramos hacer nuestros sueños realidad.