¿Pedir ayuda, yo?

René Emir Buenfil Viera 
psicrenebuenfil@gmail.com

Como muchas personas, yo creo que el hubiera no existe, pero últimamente he escuchado varias veces a clientas y clientes en psicoterapia darse cuenta que debieron haber pedido ayuda desde mucho tiempo antes, pero creían que podían por su cuenta, veían el pedir ayuda como algo ridículo o algo para débiles que no se podían permitir, y quizá hasta menospreciado la situación que atravesaban con un “no es para tanto” cuando claramente las cosas estaban de color hormiga hace mucho tiempo. 

También puede ser que les esté ganando el ego, orgullo y soberbia de que pueden solos (as) o que tienen que poder, puede ser que sean perfeccionistas o se estén exigiendo de más o que no conozcan sus límites o que no estén siendo realistas con la situación porque no quieren aceptar la gravedad del problema y cómo se va profundizando con el tiempo. Otra parte que suele suceder es sí creer que necesitan ayuda pero postergarlo, ya sea por motivos culturales porque “los mexicanos y mexicanas dejamos todo a lo último”, o por desorganización, desidia o por no tener claras nuestras prioridades, en ocasiones dejar las cosas para después es señal de ansiedad, motivo suficiente para asistir a terapia son estos altos niveles de ansiedad pero sí lo posponemos, llegamos a consulta cuando la situación ya es grave y requiere más tiempo de trabajo terapéutico. 

¿Quiénes nos enseñaron que tener límites es motivo de vergüenza?. No tenemos que poder con todo, todo el tiempo, no somos robots y aunque ser persona implica que tenemos puntos débiles, pedir ayuda no es signo de debilidad sino de reconocer el poder de la colaboración, que hacer comunidad y tener espacios seguros donde puedas hablar de tus necesidades, puede hacer que otras personas te den ideas o te acompañen en el proceso y sea menos pesado, incluso a veces nosotros (as) pensamos las cosas de cierta manera pero al conversarlas con otras personas nos pueden dar puntos de vista que nos hagan la vida más fácil y menos complicada. 

Sí, entiendo que también la gente te puede traicionar, no se trata de pedirle ayuda a cualquiera, y a veces ya no queremos el apoyo de otras personas porque cuando lo hicimos en el pasado nos fue mal, por eso es importante desarrollar la capacidad de reconocer quiénes son dignos (as) de confianza, o quiénes son las personas ideales para ayudarte y quieren hacerlo, tampoco es su obligación. 

A veces nos callamos nuestras necesidades o problemas porque no queremos parecer encajosos (as) o dependientes, y no tendría por qué ser así si entendemos la interdependencia como parte de la experiencia humana al vivir en sociedad, dependemos de otras personas para muchas cosas y eso no tendría que ser necesariamente negativo. Venir a terapia, o pedirle el favor a un (a) amigo (a), o tener esa conversación difícil para que las otras personas entiendan lo que te pasa y puedan ser empáticas y apoyarte puede hacer que cambies el rumbo de tu vida, estás a tiempo de admitirlo y salir al encuentro de otras personas.