El entrenador fue parte esencial para que el Hércules de Tekax alcance un resultado positivo
Luego que el pesista Lino Montes Góngora tuvo un mal inicio en los Juegos Olímpicos de Londres, el entrenador Pedro Mendoza Aguilar no dudó en indicarle al entrenador búlgaro Darov, encargado de la selección mexicana, que Lino se encargaba de la prueba de envión y dio resultado: el Hércules de Tekax ocupó primero el sexto lugar y como otro competidor resultó positivo en doping, alcanzó el quinto puesto.
Recordó que el entrenador estaba muy desilusionado y a su juicio vio que las cargas eran muy intensas, pero como todos están motivados se dejan guiar. Pedro Mendoza explicó que los pesistas estuvieron dando resultados bajos, pero no había te- nido acceso con ellos, por lo que se animó a señalar que él se encargaría de Lino y no se opuso.
“Lino sí da los 157 kilogramos y con eso se mete en la pelea. Después intentó los 160 kilogramos y ya no dio la marca, pero obtuvo el quinto lugar”, refirió.
Aunque el presidente de la Federación Mexicana de Halterofilia, Rosalío Antonio Alvarado del Ángel, criticó al yucateco ya que aseguró que se le preparó para que alcanzara una medalla y que había sido un mal resultado.
“En mi caso fueron siete meses que nos fuimos de campamento, dejas a la familia, el caso de Lino más porque él vivía en Tekax, estuvo viviendo los fines de semana durante varios meses en mi casa en Mérida, nadie puede ningunear los sacrificios que se hacen”, apuntó.
Mendoza Aguilar, quien también como deportista aspiró a los Juegos Olímpicos, fue medallista en Centroamericanos, participó en Panamericanos y tiene el récord de ser el monarca nacional 10 veces seguidas.
El experimentado entrenador también influyó para que Lino regresara a entrenar, en una ocasión habló con el exdirector del Instituto del Deporte del Estado de Yucatán, Porfirio Trejo, y se le apoyó para su retorno.
En otra ocasión, Daniel Ríos, por instrucciones de la exgobernadora Ivonne Ortega, fue a ver a Lino para apoyar su preparación y Mendoza Aguilar no dudó en sumarse.
Al recordar su etapa de deportista, el “Hércules de Tixkokob” dijo que siente que lo que logró fue producto de la perseverancia, de disfrutar al máxi- mo esta disciplina y que hasta la fecha se entusiasma para pulir joyas.
Texto y fotos: Darwin Ail