Peniche y Quijano, baluartes de la arquitectura yucateca

Mario Peniche López y Augusto Quijano Axle, dignos ganadores y representantes de la entidad en la Bienal 2018 de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana

Año con año, bienal tras bienal, edificio tras edificio, los arquitectos yucatecos van dejando su huella en la entidad, en el sureste y en gran parte de México, de los cuales dos sobresalen entre la “jungla estatal”: Mario Peniche López y Augusto Quijano Axle.

Los dos ganaron en la XV Bienal de Arquitectura, celebrada el pasado 17 de julio en la Cuidad de México. El primero medalla de plata por el diseño de la segunda etapa del hotel Mesón de la Luna y el segundo por el diseño de la Escuela de Medicina de la Universidad Anáhuac Mayab, de la que es autor del plan maestro.

“Los visitantes, cuando llegan a Mérida, no se cansan de señalar que es una ciudad muy bonita, con excelente calidad de vida. Pero para llegar a ello se tuvo que planear y en esa labor es en donde los arquitectos han aportado a la calidad de la ciudad que hoy tenemos”, indicó Elías Cisneros Ávila, presidente del Colegio Yucateco de Arquitectos, a manera de introducción a la charla con los dos profesionales.

En ese sentido, Peniche López habló de su trabajo en general, pero también del que le dio su última medalla de plata en la Bienal 2018 de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana.

El también presidente de la Junta de Honor en el Colegio local recalcó que su trabajo busca siempre conjugar los elementos naturales, como en este caso del Mesón de la Luna, que tenía un parque cruzando la calle y convertir la propia fachada en una cortina natural contra el sol.

“Un viejo arquitecto, muy querido por mí: Antonio Antolini, lo invitamos a dar una charla y tuve la fortuna de tenerlo dos días conmigo, él me decía que cuando las cosas se hacen bien y el programa se conoce y se domina, los proyectos no tienen cambios. La respuesta que le dimos al cliente fue en función de las necesidades, pero también del terreno. El proyecto tradicional de un hotel es un pasillo al centro y cuartos de ambos lados, pero en este caso no usamos la doble crujía, sino una, con habitación más grande, con lo que generamos balcones y sombras y hacía el otro costado hicimos la propuesta de que fuera tropical”, contó.

Debido a esos ajustes, cada habitación se asemeja a una casona del centro, en donde abres la puerta y sales a un pequeño jardín y disfrutas de la naturaleza.

Por su parte, Quijano Axle cuenta que volvió a “casa” después de casi 30 años fuera de la Anáhuac Mayab y realizó la “Escuela de Medicina” con una visión proyectada desde hace 40 años.

“Muchos creen que reproducimos elementos mayas, pero no, lo que buscamos en el Plan Maestro, en 1981, fue evitar el sol de la tarde, contener la lluvia y los vientos. El reto en este trabajo fue reinventarnos”, aclaró.

Para ello, dijo, lo mejor es la tecnología, el prefabricado y hacer un pequeño ajuste en las bases para ganar espacio al estacionamiento y convertirlo en un jardín al interior del edificio.

Con ello, acotó, se logró un sabio manejo de luces y sombras, que fue valorado por los jueces y le dieron la Mención de Honor.

Tiene el récord de participar en las 15 Bienales que ha realizado la Federación, obteniendo en 14 de ellas al menos una mención y un par de ocasiones la medalla de oro.

Texto y foto: Esteban Cruz Obando

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