La peregrinación anual a La Meca llegó ayer a su fin y alrededor de dos millones de fieles regresan a sus países de origen tras una semana marcada por temperaturas superiores a los 50 grados y al menos 550 peregrinos fallecidos por golpes de calor. Desde primeras horas de la mañana, y con elevadas temperaturas, miles de fieles realizaron el ritual de ‘Tawaf’ o Despedida, que consiste en dar otras siete vueltas alrededor de la Kaaba, el edificio cúbico ubicado en el centro de la Gran Mezquita de La Meca, para concluir su ‘hach’ y poner rumbo de regreso a sus hogares o a Medina para rezar en la Mezquita del Profeta.
De esta manera, ponen fin a una semana de ritos multitudinarios como la tradicional lapidación del diablo, acto simbólico en el que tiran piedras contra tres pilares para ahuyentar el mal durante tres días, y la celebración del Aíd al Adha o Fiesta del Sacrificio, por la que los fieles sacrifican un animal, normalmente un cordero, en recuerdo al sacrificio de Abraham.
La peregrinación de este año se ha visto marcada por más de 550 muertes por las elevadas temperaturas que, según el Centro Nacional Meteorológico saudí, oscilaron entre los 45 y el pico que fue de 51.8 grados el pasado lunes, durante la segunda jornada de sacrificio, en La Meca y el valle de Mina.
El centro meteorológico informó de una “ligera” bajada de temperaturas, de los 50 a los 38 grados esa misma jornada, después de una “lluvias ligeras a moderadas”, si bien posteriormente se mantuvieron en la media de 49 grados. Una fuente médica dijo a EFE, bajo condición de anonimato, que hasta el momento la cifra de cadáveres en la morgue de Al Muaisem, la más grande de La Meca, es de 550, y que “todos los peregrinos murieron debido al calor, excepto una persona que resultó fatalmente herida” durante una aglomeración, detalló.
Texto y foto: EFE