El reciente atropellamiento de un peatón al intentar cruzar el anillo periférico Manuel Berzunza, al norte de Mérida, reavivó el llamado a reforzar la infraestructura peatonal en esta vía.
Actualmente, el periférico cuenta con 16 puentes peatonales distribuidos a lo largo de sus 50 kilómetros, lo que representa una separación promedio de 3.125 kilómetros entre estructuras, cifra alejada de las recomendaciones internacionales.
De las 16 estructuras existentes, ocho fueron construidas hace más de una década y ocho más entre 2021 y 2024. Las cifras de siniestralidad en esta arteria son alarmantes. En 2023 se registraron 20 muertes, de las cuales nueve correspondieron a peatones. En 2022, se documentaron 313 accidentes con 219 personas lesionadas, y en lo que va de 2024 se han reportado nueve incidentes.
De acuerdo con el ingeniero René Flores Ayora, especialista certificado en seguridad vial, muchos de los puentes están colocados a entre 200 y 300 metros de los puntos reales de cruce de peatones, e incluso algunos tramos presentan distancias de hasta 2 kilómetros sin cruces seguros.
Aunque la normativa nacional vigente no define una distancia mínima entre pasos peatonales, especialistas coinciden en que el diseño actual del periférico no garantiza condiciones óptimas para el cruce seguro de peatones, especialmente en zonas críticas como las entradas a Tixcacal, Chalmuch y Susulá, así como en los bajopuentes de la avenida Quetzalcóatl, avenida Canek y la salida a Motul.
Asimismo, el Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida ha señalado que los peatones deben recorrer hasta un kilómetro adicional para cruzar de forma segura.
Texto y foto: Acom