Los peruanos buscaban el martes llegar a sus empleos en Lima, capital de Perú, pese a un sorpresivo toque de queda ordenado por el gobierno para frenar la violencia de las protestas contra el alza del precio del combustible y los alimentos, mientras políticos opositores y expertos criticaron la medida por considerarla contraria a las leyes.
Por ello, manifestantes desafiaron el mandato de no salir y se congregaron en el centro de Lima para exigir la renuncia del presidente izquierdista Pedro Castillo.
Mientras que los enfrentamientos continuaban entre los manifestantes y la policía; los agentes lanzaron gases lacrimógenos y la gente les arrojaba piedras.
Sin embargo, poco después de estos actos, el presidente de Perú eliminó el decreto de emergencia.
La última semana de protestas de camioneros y transportistas por el alza del precio de los combustibles y los alimentos dejó cuatro muertos y varios heridos. Como respuesta el gobierno suspendió el domingo un impuesto para algunos tipos de gasolinas y diésel que elevaban entre 28% y 30% el precio final. Así, el diésel más usado bajó en 0.47 dólares el galón, pero varios manifestantes dijeron que el lunes el combustible seguía elevado en las gasolineras. peaje y neumáticos.
El fin del toque de queda fue recibido con vítores por centenares de manifestantes congregados cerca del edificio del Congreso.
Texto y foto: Agencias