Pescadería Martínez, un siglo como referente de los productos del mar

Parte de la tercera generación de una familia dedicada al negocio desde hace varias décadas, Manuel Martínez Hernández mantiene el prestigio con el punto exacto al cocinar, buen carácter y siempre trato amable al público  

De visita en el Puerto de Progreso, no es posible regresar a Merida sin darse un buen chapuzón en la playa, para luego disfrutar de un sabroso pescado frito, y uno de los lugares muy recomendados para hacerlo en el Mercado Municipal, es el puesto denominado “El Compadre Nacho”.

En este lugar, platicamos con Manuel Alberto Martínez Hernández, quien nos contó que es parte de la tercera generación de una familia que se dedica a la venta de pescado frito desde hace muchas décadas, y cuyo prestigio siguen conservando.

“Fue mi abuelo Felipe Martínez quien comenzó con esta actividad, entonces el mercado Francisco I. Madero era de madera, y las venteras llegaban de Mérida en el tren de la mañana para comprar el pescado frito y llevárselo en sus canastas de mimbre”, recuerda don Manuelito, quien no había nacido cuando esto ocurría.

“Yo crecí en el mercado, acá jugaba y cuando comencé a tener noción de las cosas me daba cuenta de como trabajaba la familia con cuatro hornos de leña para poder sacar los pedidos,  vendíamos 200, o 300 kilos diarios, y hasta teníamos nuestros cayucos”, comentó nuestro amigo, ahora apoyado por su hija Lupita y su nieto Emilio, representantes ya de la cuarta y quinta generación, respectivamente.

Y mientras esperamos a que salga nuestra orden de pescado con su cebollita curtida, sus tortillitas y su limón, seguimos escuchando la historia de la Familia Martinez.

“Cuando falleció mi abuelo, mis tios Enrique, Felipe y mi papá Ignacio, los Martínez Sosa, siguieron el camino y poco a poco se fueron independizando, a la fecha además del Compadre Nacho allá adelante hay otro local que es El Amigo Nacho”, detalló don Manuel, quien a sus 66 años de edad, ya está próximo a retirarse, situación que se aceleró por el hecho de que debido a la diabetes fue necesario amputarle una pierna.

Sin embargo, esto no influye en su buen carácter y trato amable al público, que nos presume cada vez que visitan Progreso llegan a comer con él.

De hecho, confesó que esta es la razón por la que continua acudiendo al local, para ver a sus amistades y clientes con los que a través del tiempo lleva una relación tan cercana que se podría decir que ya los considera como parte de la familia.

Antes de retirarnos, don Manuel nos compartió que en este oficio se debe aprender a dar el tiempo preciso a la fritura para que no resulte que el pescado se cocine por encima y por dentro no.

Y aunque por ahora no hay mucho mero disponible, ya que lo que se pesca se envía al extranjero, y por ende su costo se eleva, hay otras opciones como el canané, la rubia  además de la mojarra y el coronado que son accesibles

“Aquí manejamos postas, pescado entero grande, mediano, chico, dependiendo de la clase y tamaño es el precio”, dijo don Manuelito y agregó que también ofrece raciones a 90 pesos, que incluyen la guarnición de cebolla y tortilla.

Si usted quiere saborear este manjar calientito, puede visitar en el Mercado Municipal al Compadre Nacho, de 9:00 a 18:00 horas, todos los días de la semana.

Texto y fotos: Manuel Pool