Piden cuidar las reservas hídricas

Es inevitable el crecimiento de las zonas urbanas e industriales, pero eso no significa que hay que descuidar el tratamiento del agua, señala especialista

Ante el inevitable crecimiento de las zonas urbanas e industriales y que continuará en los próximos años, la catedrática de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Elsa Noreña Barroso, llamó a todos los actores y sectores involucrados para cuidar de las reservas hídricas, tanto en calidad como en cantidad. 

“No basta llenar el requisito de contar con plantas de tratamiento en las industrias, si estas no son del tamaño adecuado y, en todo caso, hay que verificar que el proceso sea el idóneo para el tipo de agua residual que tratará”, destacó la especialista en materia de contaminación del agua, quien recalcó la importancia de brindar mantenimiento constante a las referidas instalaciones, a fin de retirar y disponer adecuadamente los lodos excedentes. 

“El agua sucia no puede lavarse, si la contaminamos vamos a estar en problemas porque no es sencillo ni barato”, advirtió Noreña Barroso, quien extendió el llamado a la ciudadanía en general en cuanto a disminuir la compra y uso de productos que a la larga se convierten en contaminantes, como la ropa con fibra sintética, que cada vez que se lava genera microplásticos que se infiltran al subsuelo y terminan en el mar, como igual sucede con las nanopartículas que se encuentran en artículos de cuidado personal. 

“Es difícil conservar la línea de ser ambientalista porque de alguna manera se causa algún impacto con nuestros hábitos de consumo que tiene que ver con cosas tan simples como cambiar cada año de teléfono celular”, manifestó la entrevistada, quien destacó que no es posible oponerse al crecimiento y desarrollo económico que se requiere para tener empleos y mejor calidad de vida, pero que este debe de ser bien planeado, respetando la legislación en materia ambiental y no devastar toda la vegetación para hacer construcciones, sino respetar y dejar tal cual algunas partes para evitar que la naturaleza nos cobre la factura en un futuro no lejano.

El caso de Sisal

En entrevista exclusiva para Peninsular Punto Medio, la Dra. Noreña presentó la Tarjeta de Reporte de Salud del Socio Ecosistema de Sisal, en el que se destaca una calificación B o regular, que en lo que respecta al estado trófico del agua, e indica que aunque hay presencia de contaminantes de origen antropogénico, la calidad aún es buena. 

“Sin embargo, existen focos rojos y amarillos relacionados con el crecimiento de la población, la llegada de más turistas y nuevas construcciones y desarrollos que deben hacerse de manera más organizada, con más planeación, evitando a toda costa la deforestación que hoy es la tendencia”, subrayó.

En esta tarjeta que se logró hacer realidad mediante el trabajo interdisciplinario de la UNAM, el Cinvestav, y la Uady, a través del Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera y con  financiamiento del Conacyt, se abarcan diversos temas relativos a Sisal, entre los que se incluyen hasta temas economía y marginación, y se destaca la realización de un estudio de la calidad del agua en el que, con base a la presencia de nitrógeno y fósforo inorgánico, se identifique la presencia de contaminación generada por el ser humano.

“También se realizaron mediciones de las cantidades de clorofila y de las concentraciones de oxígeno disuelto en el agua que baja cuando hay mucho  aporte de materia orgánica”, explicó la Dra. Noreña, quien señaló que por medio de la búsqueda de residuos de cafeína es posible detectar la llegada de aguas residuales de origen humano no tratadas. 

“La lógica es simple: solo los seres humanos tomamos café, bebidas energéticas, refrescos embotellados y medicamentos que contienen cafeína y cuyos residuos se vierten a los ríos subterráneos  a través de la orina y esto indica que las fosas sépticas no están funcionando adecuadamente, que no hay planta de tratamiento o están funcionando bien”, aseveró.

“En el caso de Sisal, aunque la calificación que se obtuvo es buena, se ha encontrado presencia de cafeína, es decir, que si bien de momento el tema de la contaminación no está tan mal, las cosas podrían cambiar con la construcción de más casas y la llegada de más turistas”, dijo.

El índice Trix, como se le conoce a este estudio, incluye análisis de enterococos y coliformes y la identificación de esteroles fecales en la costa y humedales, quedando pendiente de efectuar estudios más profundos para  la detección de elementos potencialmente tóxicos como cadmio, plomo y mercurio.

Donde sí se obtuvo una mala calificación fue en el llamado índice hidroquímico, que tiene que ver con la medición en pozos cercanos a la costa, reveló la catedrática e investigadora, al afirmar que un trabajo similar se está terminando para Celestún, el cual debe presentarse a fines de año o principios del 2022 y ya se prepara una más para el Arrecife Alacranes.

Con estas tarjetas se puede identificar las fortalezas o valores del socioecosistema, así como las amenazas y problemas más grandes que enfrenta, por lo cual es importante contar con recursos para hacer monitoreos más largos en cuanto a tiempo y también para realizarlos más a detalles en otros puntos de la costa, como la franja que va de Progreso a Telchac y Dzilam de Bravo, que en un estudio similar en 2017 apareció con una mala calificación.

“Todo está conectado -expresó, lo que pasa tierra adentro se refleja en la costa. Por ejemplo, en Telchac hay un aumento de turistas, se están construyendo más casas del otro lado del puerto de abrigo, están llegando más turistas con segunda residencia a quienes les venden lotes cercanos y todo esto genera un aumento de desechos que sin tratamiento van al mar o terminan en la ciénaga.

“Y este aporte de contaminantes orgánicos al mar hace que los organismos que generan toxinas tengan un florecimiento anormal a lo que acepta el sistema y entonces comienza a faltar el oxígeno y los peces y otras especies huyen para evitar morir; a este fenómeno se le conoce como marea roja”, explicó.

La experta resaltó la importancia de cuidar el agua subterránea, ya que es la única fuente de agua potable para los habitantes de la Península. 

“El agua potable se saca del subsuelo y se le agrega cloro para quitarle bacterias patógenas, pero hay muchos compuestos tóxicos  que pueden contaminar el agua”, concluyó. 

Texto: Manuel Pool

Fotos: Cortesía

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