Al interior del Congreso del Estado, en la llamada “congeladora”, existe un proyecto de Ley de Desarrollo Sustentable del Agua que tiene el objetivo de conservar, preservar, proteger y restaurar el agua, situación que para los integrantes de Ciudadanos Hartos Asociación Civil (CHAC) resulta sorpresivo de que no haya interés por parte de los legisladores para retomarla, ante la contaminación que vive el manto freático de Mérida.
El tema del vital líquido ha sido la bandera ecológica de esta agrupación, integrada por exacadémicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y respaldada por diferentes agrupaciones de investigación. En conferencia de prensa, Humberto Reyes Montiel compartió una iniciativa que se ha mantenido “dormida” en el Poder Legislativo local “sin problema alguno”.
La iniciativa consta de 11 capítulos y con un objetivo claro: regular los organismos operadores del agua potable y residual por separado, fortalecer la alianzas intermunicipales y hacer cargo de los sistemas de saneamientos intermunicipales.
“Esta iniciativa es la creación de un Instituto del Agua Estatal porque requiere de la coordinación de comisarías, municipios, no es exclusividad de cómo se trata las aguas, sino cómo se va el agua al suelo, ya que existen flujos interconectados, lo que ha generado el problema de la contaminación del agua”, expuso.
Refirió que a diferencia de otros estados donde el agua es sacada de ríos, lagunas y otros cuerpos de agua, en Yucatán el líquido viene de un solo lugar donde converge tanto el agua limpia como las residuales ante la falta drenaje y plantas de tratamientos.
“El resto del país ve su agua sucia o limpias. Ciudades del estado de Yucatán y Quintana Roo no lo pueden ver, está debajo de la tierra. Aquí la sacamos y no sabemos de dónde viene y la metemos y no sabemos a dónde se va”, expuso. De ahí la importancia de que autoridades estatales y federales se comprometan con su cuidado, ya que se requiere más ciencia y tecnología para evitar la contaminación fecal y cancerígena, o que las aguas potables que se surten estén plenamente libre de gérmenes, bacterias o moléculas, proveniente de plaguicidas coloradas cancerosas.
Indicó que en la entidad no se respeta al 100% la NOM 127SSAI, de 1994, pues solo se entregan estudios del agua de bacterias y virus, pero no de metales pesados y partículas organocloradas, lo que pudiera cambiar la perspectiva de lo que hoy se demanda.
Texto: Jesús Gómez
Foto: Archivo